El verano fue de River. A pesar de haber arrancado casi perdiendo en el tercer superclásico por un gol de Erviti, el conjunto de Ramón Díaz dio vuelta el marcador con tantos de Mora y Trezeguet y consiguió quedarse con la última y gran sonrisa estival en Córdoba.

Luego del segundo superclásico, Ramón Díaz se había ufanado de que Boca no le había convertido goles en 180 minutos. Pero con el Burrito Martínez en la cancha, al equipo de Bianchi le alcanzó con cinco para anotar. Es que el ex Vélez desequilibró con su velocidad y le dio en cortada el gol a Silva. Y si bien el uruguayo remató mordido, le alcanzó para que su remate se transformara en un pase para Erviti, que llegó de arremetida por el medio anticipando a Sánchez y venció a Barovero.

Con la ventaja, la presión que comandaba Somoza y los arranques eléctricos de Martínez, Boca se sintió muy cómodo en el desarrollo. Por eso dominó el juego en ese pasaje y generó algunas ocasiones para aumentar, como otra llegada libre de Erviti, que esta vez definió al cuerpo y Barovero pudo rechazar con sus manos. River sentía la ausencia de Ponzio y tenía problemas para recuperar el balón en la mitad de la cancha.

Sin embargo, un grosero error de Ledesma en un cierre le dejó la chance a River de empatar. Rojas aprovechó el regalo del volante rival y cedió atrás para la entrada de Mora, que definió sin problemas para marcarle el cuarto gol a Boca en cuatro partidos en el club. Claro que el tanto llegó con yapa para el equipo de Ramón. Es que a la tranquilidad por el empate se le sumó el quedo de Boca, que ya no asfixiaba como en el comienzo y sentía el desgaste de ese inicio arrollador. Por eso, Trezeguet tuvo el segundo gol, pero de manera inexplicable elevó su remate en el mano a mano con Orion y dilapidó la ocasión.

Todo ese trámite cambiante le puso mucho emoción al juego, que incluso pudo tener otro golpe de efecto en el último minuto del primer tiempo. Con mucha viveza, Martínez aceleró un tiro libre y dejó a Erviti con cincuenta metros por delante antes de enfrentarse a Barovero. Y el marplatense tuvo tanto tiempo para correr y pensar que eligió la peor opción: le quiso picar la pelota a Barovero, pero se la entregó mansita al arquero.

El intenso ritmo que metieron en la primera mitad pareció cobrarles físico. Por eso, el desarrollo tuvo menos ida y vuelta. Y en el juego de los cambios, River encontró mucho más aire. Con los ingresos de Ponzio y Vangioni, el equipo de Ramón se adueñó de los rebotes y fue empujando a Boca contra su arco. Y en una de esas arremetidas, Rojas envió un centro pasado para que Trezeguet cabeceara solo. Si bien Orion tapó con acierto, el rebote le quedó al goleador, que no perdonó con un toque corto.

A partir de allí, Boca se volcó al ataque, pero no encontró claridad. Por eso, River aguantó bien el marcador y hasta tuvo ocasiones de aumentar la diferencia. No hizo falta, el trabajo ya estaba hecho. Y por eso, el festejo fue todo millonario.

2- RIVER

Barovero; Mercado, González Pírez, Bottinelli; C. Sánchez, Acevedo, Cirigliano, Rojas; Lanzini; Mora, Trezeguet.

DT: Ramón Díaz.

1- BOCA

Orion; Sosa, Caruzzo, Burdisso, C. Rodríguez; Ledesma, Somoza, Erviti; Paredes; J. M. Martínez, Silva.

DT: Carlos Bianchi.

Estadio: Mario Kempes.

Arbitro: Diego Abal.

Goles: 5m Erviti (B); 27m Mora (R); 78m Trezeguet (R).

Cambios: 45m Erbes por Somoza (B); 54m G. Fernández por Erviti (B); 60m Ponzio por Acevedo (R); 73m Vangioni por Cirigliano (R) y R. Rodríguez por Ledesma (B); 78m Román por Mercado (R); 84m Luna por Trezeguet (R); 86m Acosta por Paredes (B).