Brasil, invicto y liderado por el inspirado Neymar, tendrá hoy, desde las 16, una prueba de fuego ante el duro Uruguay, por las semifinales de la Copa Confederaciones (televisa TyC Sports, desde las 16). El renovado estadio Mineirao, de Belo Horizonte, será sede del encuentro que ya despertó a los fantasmas del Maracanazo, cuando Uruguay le ganó el Mundial a Brasil en el mítico estadio Maracaná. “Es peor que un Brasil-Argentina”, afirmó el brasileño Julio César.

De las 19 victorias uruguayas en el historial con Brasil, una, la más famosa de todas, vuelve a hacerse presente: la final del Mundial de 1950 que Uruguay le ganó a Brasil 2-1 y quedó inmortalizada como el “Maracanazo”. Pero pasaron 63 años y en Brasil no quieren recordarla más que como un –mal– recuerdo. “Ni yo había nacido, cuando fue el Maracanazo”, dijo el DT de la selección brasileña, Luiz Felipe Scolari, a pesar de que nació en 1948. “En ese partido Uruguay fue mejor y ganó bien, pero no hay nada sobre ese partido que influya en el de mañana. Nada psicológico”, aclaró.

Scolari advirtió ayer el peligro de enfrentar al equipo celeste, ya que considera que es “una selección que sabe a lo que juega, que tiene la estabilidad que le da tener un plantel que viene jugando junto desde el Mundial de Sudáfrica 2010”, a lo que agregó que el equipo dirigido por Oscar Tabárez “tiene en su delantera a Cavani, máximo goleador de Italia, a Forlán, mejor jugador de Sudáfrica 2010, y a Suárez, segundo mejor jugador de la Liga inglesa”. Por su parte, el arquero Julio César advirtió que el clásico de hoy “es peor que un Brasil-Argentina” y que “no hay un favorito” para jugar la final con el vencedor de España-Italia.

“Brasil es un gran equipo, que juega en su casa y nosotros vamos a tratar de limitar los puntos fuertes que tiene, que son muchos, y tratar de aprovechar algunos que tenemos nosotros para crearles alguna dificultad”, destacó el DT uruguayo Tabárez, que les dio descanso ante Tahití a los once titulares que jugaron contra Nigeria el jueves pasado y podría salir frente a Brasil con el tridente ofensivo de Forlán, Suárez y Cavani.