Sábado, 6 de julio de 2013 | Hoy
DEPORTES › JUAN MARTIN DEL POTRO PERDIO EN CINCO SETS ANTE DJOKOVIC EN WIMBLEDON
El tandilense obligó a un esfuerzo supremo al número uno del mundo, que finalmente lo venció tras cuatro horas y 43 minutos, en la semifinal más larga de la historia del torneo. Ahora el serbio definirá el título ante el local Andy Murray.
Por Tomás Rudich
Desde Londres
El serbio Novak Djokovic frustró ayer las ilusiones de Juan Martín Del Potro, y en una batalla de enorme nivel, avanzó a la final de Wimbledon. Número uno del mundo, Djokovic se impuso 7-5, 4-6, 7-6 (7-2), 6-7 (6-8), 6-3 en cuatro horas y 43 minutos, y buscará mañana su segundo título en el All England Club ante el británico Andy Murray, que derrotó 6-7 (2-7), 6-4, 6-4, 6-3 al polaco Jerzy Janowicz.
“Fue uno de los mejores partidos en los que he jugado. Definitivamente uno de los más excitantes, fue tan cerrado...”, dijo Djokovic luego de la semifinal más larga de todos los tiempos en el césped de Wimbledon. “Hubo un muy alto nivel de tenis, eso era lo que esperaba. Es uno de los partidos más emocionantes que he jugado aquí en Wimbledon, con tan alto nivel desde el primero hasta el último punto”, añadió Djokovic, que recién pudo definir el partido en el quinto set tras desperdiciar dos matchpoints y un quiebre arriba en el cuarto y que llenó de elogios a Del Potro. “Tal vez debería haber sido más agresivo en los match points, pero el crédito es de él. Por eso es un campeón de Grand Slam. Cada vez que está en una situación dura sale con tiros increíbles”, dijo el serbio.
Del Potro no pudo emular así a Gabriela Sabatini y David Nalbandian, los únicos argentinos en alcanzar el duelo decisivo en el certamen más tradicional del tenis, un escenario donde por ejemplo Guillermo Vilas nunca pudo superar los cuartos de final. El argentino quedó además en la puerta de su segunda final de Grand Slam, tras su consagración en el Abierto de los Estados Unidos en 2009, mientras que Djokovic irá en busca de su séptimo título grande.
La cálida y soleada jornada en Londres recibía ayer en el primer turno de la cancha central a dos de los jugadores que mejor nivel habían mostrado en el torneo. Así lo reflejaban las estadísticas, porque era la primera vez en la historia de Wimbledon que se cruzaban dos semifinalistas que no habían perdido un set en todo el certamen. Desde el inicio, Djokovic apostó a mover a Del Potro con ángulos cerrados, contrapiés y drops para hacerlo subir a la red. El serbio dominaba desde el fondo y mantenía su servicio con mayor facilidad ante un Del Potro que resistía pese al bajo porcentaje de primeros servicios: apenas el 51 por ciento en el primer parcial.
El número ocho del mundo no estaba tan fino como en el partido de cuartos ante el español David Ferrer, pero tras salvar una oportunidad de quiebre en el quinto game parecía que podría llevar el set a un tiebreak. Sin embargo, el número uno sacó su mejor tenis en el 56. Convertido en una gacela, Djokovic comenzó a atajar con agilidad todos los cañonazos del argentino, y tras dos genialidades y dos errores de Del Potro se llevó el primer parcial en 55 minutos. Era el primero que perdía el argentino en el torneo, y también la primera vez que le quebraban el servicio desde la segunda ronda.
“Come on, boy” (vamos, muchacho), alentaba un hincha británico al argentino. Pero el segundo set comenzó aún más cuesta arriba para Del Potro. El serbio tuvo cuatro oportunidades de quiebre en el quinto juego y parecía inclinar definitivamente el partido a su favor. Pero tras dos aces, una gran volea y una pelota enganchada de Djokovic, el argentino ganó un juego clave. Del Potro se transformó a partir de ahí. El tandilense soltó su brazo, comenzó a pegarle durísimo y quebró de inmediato en cero para 4-3. El número ocho festejaba efusivo, alzaba los brazos y pedía el aliento del público.
Del Potro, a pesar de tener que levantar un punto de quiebre al game siguiente, se llevó el segundo set un saque ganador. Sus golpes eran fulminantes, pero Djokovic resistía y salvaba un punto de quiebre en el cuarto juego y luego otros dos en el sexto. El serbio pegó entonces un grito de aliento y en su banco apretaban el puño. La definición del tercer set se achicaba y a los pocos minutos el europeo se colocaba 4-5 y 0-30 con el saque de Del Potro. El set estaba a dos puntos de Djokovic, pero el argentino reaccionó con un tenis furioso que despertó los aplausos de la leyenda sueca Stefan Edberg en el palco real.
Del Potro desplegaba toda su potencia en cada impacto ante un Djokovic que corría y defendía con la elasticidad de un gimnasta. El nivel era altísimo, pero el argentino cayó entonces en una desconcentración. Tras un par de errores, el serbio se colocaba 0-40 y con tres puntos para set. Del Potro salvó los tres con un tenis sublime y forzó el tiebreak. Parecía que se acercaba una definición para el infarto, pero Del Potro, cansado, cometió varios errores y el serbio se impuso con un claro 7-2.
Después de un tercer set formidable, ambos bajaron la intensidad, y hasta se permitieron mantener un amigable diálogo cara a cara, tras un peloteo que llevó a Del Potro al otro lado de la red. Sin opciones de quiebre, cada uno mantuvo su saque hasta el séptimo juego, cuando Djokovic rompió el servicio de un agotado Del Potro para ponerse 4-3.
El argentino parecía en la lona, pero se levantó y con un gran revés paralelo quebró al game siguiente. Llegaron así a un nuevo tiebreak, donde un colosal Del Potro levantó dos puntos para partido y forzó el quinto y decisivo set, ante el delirio de un público que presenciaba ya un encuentro épico.
El partido se jugaba ya con la cabeza y el corazón. Agotado, Del Potro seguía dando batalla, pero Djokovic quebró para 5-3 y esta vez ya no dejaría pasar la oportunidad. Con un revés ganador, Djokovic se llevó el partido en su tercer match-point, y tras abrazar a Del Potro en la red, se golpeó el pecho y lanzó un alarido, demostrando por qué en el tenis de hoy él es el que manda.
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