Parecía que su racha se terminaba en la fría tarde parisina, pero Juan Martín Del Potro se recuperó a tiempo, venció en tres sets al búlgaro Grigor Dimitrov y se instaló en los cuartos de final del Masters 1000 de París, donde volverá a medirse con el suizo Roger Federer. Los últimos tres enfrentamientos, entre ellos la final de la semana pasada en Basilea, quedaron en poder del tandilense.

En el primer set, el talentoso y ascendente Dimitrov (22 del mundo) sorprendió al argentino con su alto nivel de entrada y rápidamente consiguió un quiebre en el cuarto game, que le resultaría definitivo para quedarse con el primer parcial por 6-3. Al final de ese set, el argentino fue atendido por el médico del torneo, debido a una molestia en sus aductores producida ayer, al resbalarse en su partido ante el croata Marin Cilic. A esa altura, Del Potro parecía que podía retirarse y cruzaba miradas con su entrenador Franco Davín. Pero siguió. “El doctor vino por la molestia muscular, pero cuando la zona entró en calor ya no me molestó más”, recalcó. Y de a poco, se fue metiendo en el partido, con más eficacia y mayor iniciativa. Con mayor intensidad logró un quiebre para adelantarse 4-2 y esa ventaja resultó decisiva para quedarse con el set e igualar el encuentro.

En el último set, el espectáculo ganó en intensidad y emoción, aunque cada jugador pudo conservar su saque sin sobresaltos en los primeros ocho games. No obstante, al acercarse la definición, la eficacia de Dimitrov decayó a diferencia del tandilense, quien incrementó su puntería y, apoyado en su mayor experiencia en el circuito, no le brindó opciones a su rival para quebrar el servicio en el noveno game y adelantarse 5-4. Luego, el argentino no desperdició la diferencia y cerró el partido con autoridad ante un ofuscado Dimitrov. “Juega muy bien, con mucho talento y actitud. Arranqué desconcentrado y sin mucha energía. Pero cuando hizo falta fui más sólido y pude ganar”, analizó Del Potro.

Con esta victoria, el tandilense sigue firme en la búsqueda de ganar el torneo y asegurarse el tercer lugar del ranking por primera vez en su carrera. Claro que eso también significaría conseguir un título de esta jerarquía, algo que todavía nunca pudo lograr. “A medida que pasan los partidos estoy más cerca. La ilusión de ganar está, si bien es difícil, la fe siempre está. Ya tuve oportunidades de ganar algún Masters 1000, pero mis tres finales fueron con Djokovic, Nadal y Murray. Toda final es pareja, jugar contra esos jugadores siempre es difícil”, expresó Del Potro a la agencia Télam.

Para continuar enfocado en ese objetivo, el número uno de Argentina se medirá desde las 12 otra vez con Federer, que ayer le ganó sin inconvenientes 6-3, 6-4 al alemán Philipp Kohlschreiber. La historia favorece al suizo 13-5, pero Del Potro se quedó con los últimos tres enfrentamientos y por eso parte otra vez como favorito.