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San Lorenzo y Lanús se repartieron méritos y puntos al igualar 1-1 el partido que completó ayer en el Nuevo Gasómetro la tercera fecha del Apertura. San Lorenzo, dominador del primer tiempo, se puso en ventaja a los 10 minutos por intermedio de Alberto Acosta, y Lanús, que dominó en la segunda etapa, igualó a los 40 con gol de Silvio Carrario. Para San Lorenzo, de floja campaña, el empate le dio el primer punto en el torneo, mientras que para Lanús fue la tercera igualdad consecutiva.
El primer tiempo resultó entretenido, porque a pesar de la abundante marca en el medio de la cancha, los dos equipos se las ingeniaron para generar peligro golpeando por los costados. En eso prevaleció San Lorenzo, con un interesante trabajo de Román Díaz, hasta que debió ser retirado por un tirón. A los 10 minutos, en su primera llegada a fondo, San Lorenzo se puso en ventaja. Díaz le ganó a su marca por el costado derecho y sacó un centro a ras de piso que Acosta conectó a la red con un puntazo bajo.
Aunque superado, Lanús supo llegar. A los 14, Saja manoteó un remate de Andrizzi, la pelota dio en el travesaño y Gonzalo Rodríguez despejó. Después, de contra, a los 43, un tiro de Cristian Alvarez dio en el travesaño y enseguida Carrario, sin marca, remató desviado. No obstante, en la última jugada de la etapa, tras una buena combinación entre Cordone y Walter Montillo, la pelota le llegó a Acosta, quien empalmó de tijera apenas desviado.
A los 2 minutos del complemento, en una jugada notable, Rodrigo Mannara se perdió increíblemente el empate tras esquivar a un par de defensores y al arquero, porque su remate fue sacado en la línea por Diego Capria, quien poco después se fue expulsado por doble amarilla. De ahí en más, San Lorenzo se quedó sin contra. Lanús comenzó a hacer la diferencia con la subida de Cristian Alvarez por el lateral derecho. A los 33, Saja tapó magistralmente un mano a mano a Mannara pero a los 40, en una jugada sorpresiva, Carrario, apurado y con la marca encima por la derecha le dio fuerte y cruzado, muy bombeado, y la pelota se le coló a Saja por arriba, en el segundo palo. Golazo, entre la precisión y el azar.
Cuando se jugaba el cuarto minuto de descuento, Saja debió esforzarse para salvar un tiro libre de peligro. Hubiera sido demasiado.