La final tan deseada por fin es una realidad. Luego de más de cincuenta años de frustraciones en el certamen, San Lorenzo pudo clasificarse para la definición de la Copa Libertadores a pesar de la caída 1-0 ante Bolívar, gracias a que hizo pesar el 5-0 de la ida. La semana que viene jugará el primer partido en Asunción ante Nacional.

La ventaja de cinco goles que llevaba San Lorenzo era prácticamente definitiva. Sólo los efectos de los 3600 metros de La Paz generaban una pequeña duda. Pero desde lo futbolístico y desde lo anímico, el conjunto de Bauza no tenía que sufrir ningún inconveniente para superar la eliminatoria. El único problema pasaba por superar los primeros instantes de asedio, cuando Bolívar se lanzaría con todo en busca de los goles que necesitaba.

Y esos primeros minutos mostraron un poco de presión de parte del conjunto boliviano, que no tuvo la fortuna de convertir en su chance más clara, con un envío de Capdevila desde la izquierda que pegó en el travesaño. Sin embargo, tras ese sofocón, el conjunto de Bauza encontró la manera de neutralizar a su rival, que ni siquiera pudo inquietar con remates desde afuera del área.

Con el correr de los minutos, San Lorenzo empezó a sufrir con la merma física, lo que se tradujo en que Bolívar dominara con más claridad y empezara a generar ocasiones de peligro. Pero como no tuvo puntería, dilapidó la chance de ponerle un poco de suspenso al partido. Primero lo perdió Chávez, con un remate desde el punto del penal por arriba del travesaño. Luego fue Gutiérrez, que cabeceó alto tras un corner. Y más tarde Arce no pudo con Torrico en un mano a mano. De esa manera, la inyección anímica que podría haber sido un gol nunca se produjo, por lo que San Lorenzo llegó con tranquilidad a los temidos últimos minutos.

Y con todo resuelto, Bolívar encontró el gol del honor con una media vuelta de Yecerotte que no cambió nada. San Lorenzo ya había hecho su trabajo. Cumplió su objetivo y sueña en grande, para buscar aquel trofeo que tantas veces se le negó, pero que ahora lo tiene más cerca que nunca.