San Lorenzo comenzará esta noche a tratar de insertarse en la historia grande de Suda-mérica, cuando juegue por primera vez la final de la Copa Libertadores. En sus 106 años de vida, el equipo tendrá la oportunidad de consagrarse en este certamen, y para ello disputará el primer partido ante Nacional de Paraguay, en Asunción. La revancha se realizará una semana más tarde en el Bajo Flores, y allí mismo intentará alcanzar la gloria que le ha sido esquiva en esta competencia. La intención del técnico Edgardo Bauza es lograr un resultado favorable esta noche, para definir con más comodidad en condición de local, con el agregado de que la final es la única instancia en la que los goles anotados como visitante no tienen valor doble en el caso de igualdad total, de puntos y goles.

Para el duelo revancha, el club no podrá contar con el volante Ignacio Piatti, según confirmó ayer la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol). En un comunicado, la FIFA desestimó el pedido de San Lorenzo para que el futbolista, con contrato en Montreal de Canadá a partir del 8 de agosto, pudiese estar el 13 frente a los paraguayos. De esta manera, Piatti se despedirá hoy del equipo.

San Lorenzo fue creciendo con el transcurrir del torneo, ganó solidez de a poco y diagramó una columna vertebral que tiene como puntos principales al arquero Torrico, al defensor Buffarini, los mediocampistas Mercier y Ortigoza y a los creativos Piatti y Romagnoli.

Bauza, quien ya fue campeón de la Copa con la Liga Deportiva Universitaria, de Quito, tiene todo claro para la primera final, con una formación que incluirá tres variantes en relación con la que presentó en Bolivia, en la derrota frente a Bolívar. Fontanini jugará en lugar del lesionado Cetto, y los otros dos cambios serán los regresos de Buffarini, luego de cumplir una fecha de suspensión, y de Matos, en lugar de Prósperi y Nicolás Blandi, respectivamente, ambos titulares en Bolivia.