El papa Francisco, el hincha de San Lorenzo más famoso del mundo, tuvo ayer en sus manos la Copa Libertadores, el trofeo más deseado por los hinchas del club durante décadas, que le fue ofrendado por una delegación de jugadores y dirigentes de la entidad en el Vaticano. En representación de la institución estuvieron el presidente y vice, Matías Lammens y Marcelo Tinelli, respectivamente; el entrenador Edgardo Bauza, el manager Bernardo Romeo y los jugadores Julio Buffarini y Juan Mercier. La audiencia fue a las 10 de la mañana de Italia (15 de la Argentina) en el salón Juan Pablo II.

El pontífice sufrió el martes un duro golpe por la muerte de su sobrina política, Valeria Carmona, y sus dos pequeños hijos de ocho meses y dos años, en tanto su sobrino Emanuel Bergoglio sufrió graves heridas en un accidente en una ruta de Córdoba. “Tiene toda la tristeza de ver así a su familia y lo recordó varias veces”, contó Tinelli a Radio La Red. Al respecto, añadió: “Solamente le di mi pésame, la enorme tristeza por lo que le pasó, sobre todo por los chiquitos, la mujer también, y por el estado crítico en que está el sobrino”.

En la foto en la audiencia pública, el Papa atinó a alguna sonrisa cuando tomó en sus manos el enorme trofeo, la obsesión que por más de medio siglo significó para los hinchas. El conductor televisivo dijo estar “muy emocionado” por el encuentro con el pontífice porque “renueva la fe”. El volante Juan Mercier, en tanto, señaló: “A uno se le llenan los ojos de lágrimas. Uno es un afortunado y un privilegiado porque el Papa le haya dado su bendición. Soy un agradecido de haber podido estar a su lado”. Mercier, además, gozó de un especial privilegio: Francisco accedió a enviarle una bendición a la esposa y los hijos del mediocampista, que el propio jugador grabó con su teléfono celular. “Le pedí si le podía dar la bendición a mi familia y a mi señora, poder grabarlo. Me lo permitió y gracias a Dios lo pude hacer”, celebró.

El técnico Bauza, por su parte, describió su encuentro con Su Santidad como “un momento hermoso, único, mucho más teniendo en cuenta el momento que está viviendo” por la muerte de sus familiares. “Le dimos, como nos dijo, dos minutos de felicidad”, remarcó el entrenador. Buffarini, en tanto, le arrancó una sonrisa al Papa en estas horas. “Le regalé la camiseta que usé en la final y se puso muy contento. Se largó a reír y recuerdo que me dijo ‘muchas gracias, felicidades’”, contó Buffarini a Mundo D, el deportivo de La Voz del Interior.

El presidente del club de Boedo, finalmente, Matías Lammens, sostuvo que el Papa “se puso contento cuando le dijeron que venía San Lorenzo, se le notaba en la cara. Nos dijo que San Lorenzo es parte de su identidad cultural”. “Dios quiera que podamos volver en diciembre después de ganarle al Real Madrid”, en el Mundial de Clubes que se jugará en Marruecos, agregó Lammens.

El miércoles pasado, San Lorenzo ganó por primera vez en sus 106 años de historia la Copa Libertadores, al vencer 1-0 a Nacional de Paraguay en el Nuevo Gasómetro. Esta victoria le otorgó la posibilidad de enfrentar a los ganadores de los demás continentes en el Mundial de Clubes, entre ellos el Real Madrid español, último campeón europeo.