La goleada frente a Boca trajo consecuencias en River. El director técnico, Marcelo Gallardo, decidió meter mano en el equipo de cara al partido del viernes, en el Monumental, contra San Lorenzo por la Recopa sudamericana. El entrenador dispuso los ingresos de Germán Pezzella por Jonathan Maidana y de Gonzalo Martínez, reciente incorporación con grandes actuaciones en el verano, por Ariel Rojas.

A pesar de que se especulaba con la posibilidad de que hubieran más modificaciones, finalmente Gallardo mantuvo entre los titulares a Carlos Sánchez y a Teófilo Gutiérrez, apuntados por las expulsiones en el Superclásico. Así quedó evidenciado en el primer ensayo formal luego de la derrota en Mendoza. El equipo que probó, y que serían los once que enfrentarían al último campeón de América, formó con: Barovero; Mercado, Pezzella, Ramiro Funes Mori, Vangioni; Sánchez, Kranevitter, Martínez; Pisculichi; Gutiérrez, Mora.

La tranquilidad que ostentaba River luego de su éxito en el plano internacional después de 17 años se agotó con las dos derrotas ante el eterno rival y con números preocupantes. En seis partidos convirtió cinco goles, le hicieron ocho y recibió seis expulsiones. Incluso en el seno dirigencial surgieron voces, antagónicas a las del presidente, que plantearon que las llegadas de Martínez, Mayada y Pablo Aimar, del que se desconoce cuándo podrá estar a disposición del cuerpo técnico, fueron insuficientes y haría falta algún jugador más.

Antes de que la pelota comience a rodar en la práctica, Cavenaghi, Barovero, Mercado y Ponzio tomaron la palabra para encarar una fuerte autocrítica. Posteriormente fue el turno de Gallardo que, además del mensaje que envió con la conformación del equipo, tuvo charlas individuales con Carlos Sánchez, Teófilo Gutiérrez y Leonel Vangioni. Allí habrían escuchado de su propia boca que deben levantar su nivel.

Barovero, que ya había hablado con sus compañeros en el entrenamiento, luego enfrentó los micrófonos en la conferencia de prensa. Buscó quitarle importancia a lo sucedido el sábado argumentando que ocurrió en la pretemporada. “No está a la altura de un partido oficial”, indicó. “Ahora tenemos que demostrar grandeza contra San Lorenzo y demostrar que podemos conseguir una copa”, agregó. También pidió mirar para adentro y hablar lo menos posible. “Hay que aguantar, estar por encima de todo y esperar al viernes”, concluyó. El partido de vuelta, que definirá al campeón, será el miércoles 11 en el Nuevo Gasómetro.