El turno de darle una alegría dorada a la Argentina en los Juegos Panamericanos fue ayer del rosarino Facundo Bagnis, que se alzó con la medalla más preciada en la final del torneo de tenis, tras superar 6-1, 6-2 al colombiano Nicolás Barrientos en apenas 49 minutos, un resultado que para el argentino supone “lo máximo” que puede pedir. “La superioridad fue porque jugué muy bien. Hice un partido excelente y esta recompensa es lo máximo que puedo pedir”, admitió. “Estoy por arriba de él en el ranking pero eso no importa mucho; no venía sintiéndome bien y él había ganado cómodo los últimos partidos. Nunca habíamos jugado en cemento, pero hoy (por ayer) me salió todo. Estuve muy concentrado, de la primera a la última bola. Jugué sin complicaciones y es poco normal que pase eso”, declaró Bagnis, 133º del ranking.

“El sentimiento por el tenis se lleva en la sangre y en la educación que me transmitió mi familia”, manifestó. “Para mí la Copa Davis siempre fue un sueño, pero esto es parecido. Representar a Argentina es lo más lindo para un deportista”, añadió Bagnis, que afrontaba una semana complicada tras regresar de jugar en el césped de Wimbledon. “Pero la experiencia de los Panamericanos fue algo único” aseguró.

“Se aprende mucho de esto”, reconoció. “Ver la profesionalidad de esos chicos, cómo se preparan y representan a la Argentina... Vienen a competir 10 minutos, una hora o un día. Es admirable. Para los tenistas es una enseñanza muy grande.”

Bagnis confió en que el equipo argentino de Copa Davis tenga este fin de semana el mejor de los resultados en Tecnópolis ante Serbia (ver página 28). “La Davis está muy bien representada y se está armando un equipo muy bueno y unido; yo estaré cuando lo merezca y cuando me encuentre entre los cuatro mejores tenistas. Es un objetivo que tengo y voy con ganas para lograrlo.”

El rosarino quedó cerca de lograr una segunda medalla dorada en el tenis panamericano, al perder la final de dobles junto a Guido Andreozzi. “Esperaba conseguir un segundo oro” dijo algo desilusionado. Los argentinos, entrenados por Martín Vassallo Argüello, cayeron derrotados 6-4, 7-6 frente a los chilenos Nicolás Harry y Hans Podlipnik. La medalla de plata terminó siendo, al menos, consuelo para el porteño Andreozzi (195º), que venía de perder la de bronce en singles, tras caer ajustadamente 6-4, 6-4 ante el estadounidense Dennis Novikov.

Tampoco pudieron coronar su faena con éxito las integrantes del dobles femenino, María Irigoyen y Paula Ormaechea, perdieron en dos sets en las semifinales ante las locales Gaby Dabrowski y Carol Zhao. El resultado final fue 6-2, 6-1 en 53 minutos de juego; era el segundo partido de las chicas argentinas en menos de cuatro horas, ya que un rato antes le habían ganado 7-5, 6-4 a las estadounidenses Chiroco y Davis.