La noche tan deseada llegó. La espera tardó 19 años para River, que hoy buscará alzar la tercera Copa Libertadores de su historia. Con escenas olvidables en el medio y un horizonte que se vislumbraba borroso, el resurgimiento llegó en este 2015 para acercarse nuevamente a la gloria. A diferencia de sus otros dos logros, el rival no será América de Colombia, sino Tigres de México. En el primer partido jugado en Monterrey ninguno pudo sacar diferencia, y si persiste la igualdad por cualquier resultado, habrá alargue primero, y penales después de ser necesario. El estadio Monumental estará colmado por casi 62 mil personas y se estima una recaudación record de entre 24 y 26 millones de pesos.

Más allá del resultado final, River ya se había asegurado disputar el Mundial de Clubes que se jugará en diciembre, en Japón, debido a que Tigres, por pertenecer a la Concacaf, no puede representar a la Conmebol.

Este será el cuarto enfrentamiento entre ambos equipos, ya que coincidieron en el Grupo 6 que lideró el conjunto mexicano. En el primer partido, en marzo, igualaron 11 en Buenos Aires y luego, en abril, fue de nuevo empate, esa vez por 22, en Monterrey.

River, con sus 114 años de vida, intentará obtener por tercera vez el certamen más importante de Suda- mérica, luego de los conseguidos en 1986 y 1996. Tigres, en tanto, que transita por su cuarta participación, se ilusiona con ser el primer equipo de México en levantar el trofeo del torneo del que participan como invitados, desde la edición de 1998.

Para llegar al partido más trascendental de los últimos 20 años, el equipo que dirige Marcelo Gallardo, uno de los protagonistas principales de esta historia, transitó un camino complicado y con adversidades que se hicieron presentes hasta último momento. La clasificación fue sufrida y accedió como el peor segundo con sólo siete puntos; la serie de octavos de final ante Boca, su máximo rival, no pudo terminar por la agresión sufrida en el entretiempo; el cruce con Cruzeiro, con una actuación histórica en el estadio Mineirao para revertir la derrota (01) de la ida; y la postergada semifinal con Guaraní por la Copa América que se definió en Asunción.

Todo ello lo superó con fútbol, temple, y bajo la conducción de un líder como el ex volante, quien estuvo como jugador en la consagración de 1996, y ahora con apenas un año en el cargo quiere sumar un nuevo éxito internacional, luego de la Copa Sudamericana y la Recopa Sudamericana.

Para el último desafío, el entrenador tendrá nuevamente un duro examen ya que del equipo ideal que forjó desde que asumió perdió piezas importantes como la del volante Ariel Rojas y el colombiano Teófilo Gutiérrez, el goleador de su ciclo. A eso hay que sumarle las bajas puntuales de Gabriel Mercado, por suspensión, y del delantero uruguayo Rodrigo Mora, por lesión, más la del juvenil Emmanuel Mammana, quien se perfilaba como el lateral derecho titular, y de Tabaré Viudez, uno de los refuerzos, que afectado por una lesión muscular no podrá estar desde el arranque como la semana pasada.

Para despejar cualquier tipo de especulación, Gallardo sorprendió y el lunes último reveló la formación con los ingresos de Camilo Mayada, en lugar de Mercado; Nicolás Bertolo por el mencionado Viudez, y de Fernando Cavenaghi, la mayor novedad, en lugar de Mora. El experimentado delantero jugará por primera vez como titular en la Copa y formará una inédita dupla de ataque con Lucas Alario, quien llegó en el último receso, y respondió con un gol importante en la semifinal.

Del otro lado estará Tigres, equipo dirigido por el brasileño Ricardo Ferretti, que clasificó invicto con 14 puntos y perdió apenas dos partidos: en los cuartos de final (1-0) con Emelec, en Ecuador, y ante Internacional, en la semifinal, (2-1) en Brasil.