La propuesta del presidente de la Nación, Mauricio Macri, para que los clubes de fútbol, mediante el voto de sus socios, puedan optar por convertirse en sociedades anónimas, abrió un debate que parecía saldado, sobre todo a partir del fracaso que obtuvo esa iniciativa cuando el hoy titular del Poder Ejecutivo intentó plasmarla mientras estuvo al frente de Boca, entre 1995 y 2007.

Como reflejara Página/12 el viernes pasado, Macri se pronunció a favor del ingreso de empresas en la administración de los clubes de fútbol y de su convivencia con las asociaciones civiles en declaraciones a Télam. “En un mundo donde todos apuntamos a elegir en libertad, que los socios de cada club elijan”, había justificado su idea el Presidente.

El primer rechazo contra la propuesta no tardó en llegar y provino del presidente de Lanús, Nicolás Russo. El dirigente expresó que luchará contra el ingreso de las sociedades anónimas en el fútbol argentino porque “generan desigualdad”. A esa voz opositora se sumó ayer la del presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Luis Segura, quien advirtió que las empresas privadas, como gestoras, están lejos de ser “una panacea para el fútbol”.

Para la máxima autoridad del fútbol de nuestro país, “no creo que sean una solución necesariamente exitosa. A un club le puede ir bien o mal, sea como asociación civil o como sociedad anónima. En definitiva, si son bien administrados por sus dirigentes, no creo que tengan necesidad de ellas”, asumió. De todos modos, aceptó que pueda tratarse el tema en el seno del Comité Ejecutivo.

Por su parte, el titular de River, Rodolfo D’Onofrio, alertó acerca de la desatención del componente social que podría significar un gerenciamiento. “Las sociedades anónimas no garantizan que vayan a cumplir bien el papel social que tenemos los clubes. En River, por ejemplo, tenemos un montón de actividades deportivas que son deficitarias económicamente y que se mantienen gracias al fútbol. Las sociedades anónimas no se van a ocupar de esas cosas”, desestimó. “Ahora –continuó– si el problema es cómo se manejan los recursos, es un tema de control, de honestidad y de capacidad para administrar.”

No resultó tan terminante la postura asumida por Sebastián Verón, presidente de Estudiantes. “Si entran las sociedades anónimas al fútbol debería ser a través de un sistema mixto y no dejando que una empresa sea la que maneje un club. Distinto es si una empresa está dispuesta a armar un proyecto en el que se entienda la importancia social que tiene una institución, que no sólo es fútbol. Siempre pensando en algo mixto”, expuso el ex jugador con amplia experiencia en la Premier League inglesa.

En cambio, Daniel Angelici, presidente de Boca, se mostró de acuerdo con el presidente Macri. “Es una posibilidad para algunos clubes, pero por supuesto, no para Boca, que está muy bien administrado y no necesita ninguna asistencia. Cada club evaluará a través de sus socios qué es lo que tiene que hacer... Pero para que avance hay que cambiar los estatutos de los clubes y muchos dirigentes son reacios a este tipo de cambios”, dijo.