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Parece que está de moda esto de las presiones internacionales. Karl-Heinz Rummenigge, presidente del Bayern Munich, se debe haber creído Horst Köhler, su compatriota titular del FMI, al mandarles ayer un ultimátum a Boca y a Carlos Tevez para que decidan sobre la oferta para llevarse al jugador a Alemania. “Tiene hasta febrero para decidir si quiere jugar en el club”, aseguró en un tono marcial. En Chile, el delantero optó por tomarse a broma las presiones.
“¿De qué me hablan? Recién me levanto y no me enteré de nada, la verdad es que no sabía”, respondió sonriente Tevez cuando ayer se le consultó si conocía las declaraciones de Rummenigge. “En estos campeonatos hay muchos empresarios que están viendo jugadores, pero estoy seguro de que Boca no me va a vender”, apuntó.
Al descartar ayer la llegada de nuevas incorporaciones a Boca, Carlos Bianchi dio la pista de lo que sucederá con Tevez. “En este momento, luego de la ida de Battaglia y la llegada de Marinelli, no hay jugadores que tenga en mente para incorporar a Boca. Si viene alguno, tendrá que irse alguno”, dijo, luego de afirmar que no tiene “jugadores en mente para incorporar a Boca”. E insistió: “Los que están tienen que ser bien atendidos. Queremos estar bien nosotros, que estén bien los contratos, que cada uno esté conforme sobre los premios. Estos jugadores son los que llevaron a Boca donde está. Por eso hay que tenerlos bien”.