Mientras el notorio barrabrava de Independiente y referente de lo que fue –¿y, es?– “hinchadas unidas argentinas”, un tal “bebote” Alvarez, por otra parte deportado de vuelta a la Argentina en 2010 (Mundial de Sudáfrica) y en 2014 (Mundial de Brasil) aparecía fotografiado exhibiendo armas de puño durante los cruentos episodios de dias atrás en Turquía, en nuestro país no se discuten ni mejoras en el nivel de juego, ni planteos en serio respecto de la eliminación de los violentos de las periferias del fútbol, que es como decir de la matriz de la sociedad.

El tal Alvarez –créase o no– estuvo en Turquía dando “cursos” a algunos de sus “colegas” europeos sobre el modus operandi de los barras en los estadios o adyacencias, al parecer sin que las autoridades turcas –si es que las hay– se hayan dado por enteradas de la cuestión.

Armando Pérez parece ser el encargado ahora de ocuparse de algunas de las cosas que tienen que ver con el fútbol, como figura visible de algo que se dió en llamar “Comisión Normalizadora”. Y de esa Comisión forma parte la señora Carolina Cristinziano, cuyos antecedentes son entre otros ser la esposa del ex futbolista Gonzalo Belloso, haber estado vinculada a la Conmebol y al intermediario de futbolistas Gustavo Mascardi, y de haber anunciado sin pudor que ha entrado a la cancha más de una vez con la barrabrava de Central, a los tiros y enfrentándose a la policía. Más allá de que luego se defendió diciendo que esa frase se la habían “sacado de contexto”, aparentemente, la señora Cristinziano no participó de las clases magistrales que dió en Turquía el tal Alvarez...