River inició la búsqueda de otro título internacional con un empate 0-0 ante Independiente Santa Fe, en el partido de ida por la Recopa Sudamericana, cuyo ganador se definirá el próximo jueves en el Monumental.

Si bien llegaron a esta instancia por ser los campeones de la Copa Libertadores y de la Copa Sudamericana 2015, ambos equipos tienen poco que ver con aquellos que alzaron esos trofeos. Por caso, en River faltan ni más ni menos que Barovero, Mercado, Funes Mori, Vangioni, Balanta, Sánchez, Kranevitter, Pisculichi, Teófilo Gutiérrez, y siguen las firmas. Es otro el equipo de Marcelo Gallardo, y anoche quedó claro que para volver a ser protagonista en el plano internacional le queda mucho trabajo por hacer.

El primer cuarto de hora transcurrió sin peligro frente a los arcos. River, intenso para pelear la posesión de la pelota, con Moreira y Casco dispuestos a subir siempre, careció del pase preciso para inquietar. Tal vez por eso, Driussi eligió probar de media distancia y obligó a la estirada de Zapata para salvar su arco. Mientras, Independiente lucía inconexo, sin armar llegadas en bloque.

Promediando la primera etapa, los argentinos pasaron a controlar el partido. Zapata le tapó un lindo zurdazo a Pity Martínez y hubo también intentos de pelota parada. Por esta vía, sorpresivamente, Independiente estuvo a punto de sacar ventaja. Batalla salió a cortar un centro enviado desde la derecha, la perdió en el aire y Ponzio sacó sobre la raya el remate de Mosquera. El error de Batalla fue una bisagra, porque el local se dio cuenta de que podía, adelantó sus líneas y puso en aprietos el andamiaje defensivo de River, que con el correr de los minutos perdió la intensidad del inicio, tal vez por el desgaste físico de jugar en la altura.

El arranque del complemento fue una prolongación de los minutos finales del primer tiempo. Independiente llegó un par de veces seguidas al área visitante y Maidana y Mina debieron exigirse para controlar los embates de Osorio, que jugaba en una sintonía distinta de sus compañeros de ataque. Sin embargo, era el delantero más peligroso y Batalla le tapó el gol a los 59 minutos. Por su parte, el equipo de Gallardo perdió aire, sus volantes no podían mantener la pelota y comenzaban a limitar sus movimientos al plano defensivo. Esta alternativa llevó al Muñeco a mover el banco. Ingresaron Mora y el pibe Andrade, por un Driussi aquejado de alguna molestia física y por D’Alessandro, quien en ningún momento le encontró la vuelta al partido. Con estas inclusiones, River empezó a recuperar protagonismo y, sobre todo, se infló de fuerzas para emparejar el trámite. Claro que no le hacía falta demasiado, porque los colombianos mostraron que si algo les falta es creatividad para desequilibrar en el área rival. Por eso, no extrañó el 0-0, acorde con el flojo nivel de ambos.