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Por F.M.

Sin ideas, sin precisión ni reacción y sufriendo los efectos de la altura, Boca cayó ayer de visitante ante el Bolívar por 3-1, en su primer compromiso por el Grupo 8 de la Copa Libertadores. El encuentro, disputado en los 3600 metros de La Paz, pudo terminar en goleada, pero la buena labor del arquero Roberto Abbondanzieri no lo permitió. La figura fue el delantero boliviano José Castillo, autor del triplete.
El novedoso, sorpresivo y no menos extraño planteo táctico que propuso Carlos Bianchi para jugar en La Paz: tres defensores, seis volantes y sólo un delantero, Carlos Tevez, parecía funcionar bien en el arranque, si sólo de tener la pelota y esperar el reloj se trataba. Porque los locales, que por momentos también especulaban más de lo que jugaban, no encontraban la profundidad suficiente como para inquietar con seriedad, cuando no caían entre los volantes del murallón boquense, que se iban cargando de faltas, una detrás de la otra.
El Bolívar comenzó a probar con remates de media distancia, pero cuando iban dirigidos hacia el arco, Abbondanzieri conseguía controlar sin demasiada exigencia. La primera brava para los boquenses fue un remate de tiro libre, que ejecutó Limberg Gutiérrez; Abbondanzieri se lució sacando al corner. Después fue el turno de Boca. Un centro de Tevez, en jugada de pelota parada, terminó en los pies de Burdisso, quien sólo frente al arco puso la pelota en los 3620 metros, por encima del travesaño.
La lentitud y la imprecisión de los muchachos de Bianchi no tardó en aparecer. Y el trámite se complicó. Luego de un desborde y centro de Gatty Ribeiro por la franja izquierda, Castillo cabeceó sólo entre los defensores visitantes y puso el encuentro 1-0, cuando iban 17 minutos. Pasó una fracción igual de tiempo y otra vez Castillo, con un remate que se desvió en Schiavi y descolocó al arquero boquense, puso el asunto 2-0.
Con la guardia baja y las últimas bocanadas de aire, antes de reoxigenarse en el vestuario, Boca consiguió descontar por intermedio de Caneo, quien encontró frente al arco de Fernández una pelota que había peinado Schiavi, luego de un tiro libre de Tevez, y definió con limpieza.
Con el ingreso de Barros Schelotto en el complemento, los de Bianchi ganaron en la ofensiva y en el tratamiento del juego. Pero el Bolívar conseguía generar peligro de contraataque y con violentos remates intentaba sorprender a Abbondanzieri, quien respondía desviando al corner. En lo que fue, sin dudas, la mejor jugada del Bolívar en la noche paceña, los locales volvieron a anotar con un cabezazo perfecto de Castillo, tras un nuevo centro de Ribeiro; el arquero de Boca se estiró pero no llegó hasta el ángulo por donde se coló la pelota.
Faltaban jugarse poco más de 30 minutos y los locales comenzaron a regular, incluso cedieron nuevamente la iniciativa a Boca, que ya contaba con Iarley y Cardozo en la cancha. El pibe puso entrega, corrió lo que pudo y trató de jugar bien la pelota; lo mismo hizo el Mellizo, quien además buscaba constantemente la falta cerca del área. Iarley, en cambio, no pudo disimular la ausencia de Tevez, que salió raudamente de la cancha, agotado y sin aire.
Pese a todo, Boca estuvo cerca de un nuevo descuento. Fue en una buena avanzada de Caneo, quien encaró frontal hacia el arco, arrastró varias marcas, se llevó un rebote y quedó mano a mano frente a José Carlo Fernández; la pelota se fue apenas desviada, sobre el ángulo derecho del arquero. Ya sobre el final, otra vez Abbondanzieri salvó a sus compañeros de una goleada mayor tapando un buen tiro de Castillo; Suárez, luego, se perdió el cuarto: remató de volea solo frente al arco y se le fue arriba.