ECONOMíA › INFORME OFICIAL AL CONGRESO SOBRE LA NEGOCIACION POR LA DEUDA
Convocatoria a los menos opositores
En un encuentro con bloques legislativos, que excluyó al ARI y la izquierda, el jefe de Gabinete y el ministro de Economía buscaron consenso parlamentario en la puja con los acreedores.
Por Felipe Yapur
Hubo cafés e imágenes proyectadas en una pantalla con cuadros estadísticos y pronósticos a futuro. Ese fue el escenario donde el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Economía, Roberto Lavagna, brindaron a la mayoría de los jefes de bloque del Congreso algunos de los pormenores de la negociación que lleva el gobierno de Néstor Kirchner por la deuda externa. Todo indica que ésta será la única participación que tendrá el Parlamento en el tema a pesar de que la Constitución Nacional indica lo contrario. De todas formas, entre los legisladores oficialistas existe la intención de refrendar el acuerdo que se alcance. “El Congreso tendrá que aprobar o rechazar lo acordado”, aseguró luego el jefe de los diputados del PJ, José Díaz Bancalari.
Tras una breve introducción por parte de Fernández, quien destacó el esfuerzo que está realizando el Gobierno y el compromiso de no incrementar el nivel de endeudamiento, el peso de la reunión recayó en Lavagna. Respaldado por imágenes de computadora, el ministro destacó que los bancos internacionales que deberán colocar los bonos de la deuda recibirán 178 millones de dólares, siempre y cuando tengan éxito en la negociación. El ministro dijo, con tono catedrático a unos silenciosos legisladores, que esos dineros se entregarán a través de un mecanismo que reduce sus honorarios si consiguen canjear menos del 66 por ciento de los títulos.
Aclaró también que si la colocación de los bonos que tienen que realizar llega sólo al 50 por ciento, el costo será entonces de 73 millones de dólares. En cuanto a los honorarios, los bancos recibirán en los primeros seis meses unos 475 mil dólares cada uno y 300 mil por el resto de la contratación. En caso de que la colocación de los bonos sea inferior al 66 por ciento, los honorarios sufrirán una reducción. En cuanto a las comisiones, Lavagna remarcó que será de 0,275 por ciento del valor nominal de los títulos. El ministro no quiso que este dato pase desapercibido ya que se preocupó en advertir que en el megacange que llevó adelante Domingo Cavallo, la comisión fue de 0,55 por ciento.
Si bien Lavagna dijo que los avances de la negociación serán incorporados a la página Web de la cartera a su cargo, les anunció que en esa reunión no iba a brindar más detalles. “Esta es una reunión numerosa y es posible que se filtre información a sectores que participan o tienen interés en la negociación”, indicó sin identificar a las posibles gargantas profundas.
La armonía se rompió recién cuando llegó el turno de las preguntas. Y el protagonista de ese momento fue el diputado demócrata- progresista Alberto Natale. El santafesino sostuvo que si la propuesta del Gobierno se concreta y no se incluye el pago de intereses, la quita no será del 75 por ciento sino que en realidad llegará al 90 por ciento. “Ese es el discurso de quienes están del otro lado”, lo interrumpió Lavagna. El ex intendente de Rosario durante la dictadura militar alcanzó a defenderse al sostener que “no estoy del otro lado”.
A su turno, el jefe del bloque Convergencia, Miguel Bonasso, planteó la necesidad de modificar la jurisdicción donde se llevan adelante los litigios. El legislador kirchnerista no justicialista consideró que es preciso que se realicen en la Argentina y abandonar la práctica que impulsaron los gobiernos anteriores. Lavagna se limitó a responder que nadie aceptaría el cambio.
El radicalismo, por su parte, planteó la posibilidad de crear una comisión de seguimiento de las negociaciones. Como respuesta recibieron apenas una mueca del ministro. De todas formas, la UCR, a través del jefe del bloque de diputados, Horacio Pernasetti, anunció su respaldo a la gestión del gobierno de Kirchner. Los que no opinaron fueron los diputadosdel ARI, el socialismo y las fuerzas de izquierda, pero no porque no quisieron sino porque no fueron invitados.