DEPORTES › MUHAMMAD ALI CONTRA TEOFILO STEVENSON, UN DUELO NUNCA CONCRETADO
La única pelea del siglo que nunca se hizo
Por Nemesio Rodríguez
Muhammad Alí protagonizó en más de una ocasión combates míticos, pero los promotores nunca lograron que se enfrentara al cubano Teófilo Stevenson, en un duelo que sin duda hubiera merecido la definición de “pelea del siglo”.
La victoria contra todo pronóstico de Clay sobre Liston supuso el nacimiento de un mito, sólo un año antes de que Stevenson dejara su ciudad natal de Puerto Padre para trasladarse a La Habana a fin de recibir clases de boxeo en un centro deportivo estatal. La Revolución Cubana daba entrenamiento especial a los jóvenes con talento en las disciplinas deportivas.
Mientras Clay derrotaba aspirante tras aspirante en una fulgurante carrera que se quebró de 1967 a 1970 por su negativa a ir a combatir a Vietnam, Stevenson se afianzaba en el campo aficionado. Sus caminos comenzaron a acercarse en 1972 cuando Stevenson, con 20 años, ganó el oro en los Juegos de Munich, en un año en que Alí defendió el título con éxito en seis ocasiones, cuatro de ellas por nocaut.
Los promotores de boxeo estadounidenses empezaron a hacer sus cuentas con las enormes posibilidades de negocio que podían hacer con el gigante cubano de 1,90 metro si lograban atraerlo al profesionalismo y enfrentarlo a Alí. Nunca lo consiguieron y en el aire quedó la pregunta que curiosamente ha vuelto a circular en fechas recientes por los cuadriláteros: ¿quién hubiera ganado en un hipotético combate entre Alí y Stevenson?
Ha sido el propio ex campeón cubano de los pesados el que dio pie a la imposible conjetura al señalar en diciembre en una entrevista que si él y Alí se hubieran enfrentado alguna vez, el combate habría sido nulo. “Alí ha dicho varias veces que habría sido un empate y yo también lo creo”, dijo Stevenson, de 51 años, considerado el mejor púgil pesado aficionado de la historia después de conquistar tres oros olímpicos (Munich ‘72, Montreal ‘76 y Moscú ‘80), cuatro títulos mundiales (uno como semipesado), dos panamericanos y seis centroamericanos. Se retiró en 1986 después de haber ganado 272 de los 278 combates que disputó.
Inmediatamente después de Munich, los promotores estadounidenses lo tentaron con suculentas ofertas (de uno a cinco millones de dólares, según diferentes versiones) para que desertara, se pasara al profesionalismo y combatiera con Alí por el título mundial.
La que hubiera sido llamada sin duda “la pelea del siglo” nunca pudo celebrarse por la negativa de Stevenson (“rechacé millones de dólares”), pero en 1978 volvieron a moverse gobiernos, despachos y maletines para colocar sobre la lona al mejor peso pesado profesional y al mejor aficionado del momento. Se llegó a negociar un contrato para tres peleas, de tres asaltos cada una. Cuba ganaría tres millones de dólares y los combates tendrían lugar en diferentes ciudades de los Estados Unidos. Fue Fidel Castro el que sugirió la pelea, convencido de que Stevenson se impondría en combates a tres asaltos.
“No se llegó a un acuerdo sobre el número de asaltos”, dice Stevenson, que fue el anfitrión de Alí, enfermo de Parkinson desde 1984, cuando en septiembre de 1998 visitó Cuba. En esa ocasión ambos ex púgiles y buenos amigos subieron a una tarima en La Habana, realizaron varias fintas y luego se abrazaron visiblemente emocionados.
“Alí me dijo que para qué íbamos a pelear si los dos éramos los mejores del mundo –relató Stevenson–. El, en el boxeo profesional; y yo, en el aficionado. Yo estuve totalmente de acuerdo con él, pues nunca pensé convertirme al boxeo profesional.”