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Los argentinos siguen provocando sensación en el Masters Series de Key Biscayne, donde ayer colocaron a cinco jugadores en tercera ronda. Guillermo Cañas, Agustín Calleri, Franco Squillari, Mariana Díaz Oliva y Paola Suárez ganaron entre los argentinos, que sólo vieron caer a la juvenil Gisella Dulko.
Cañas volvió a la victoria tras cuatro derrotas consecutivas y eliminó al italiano Davide Sanguinetti, que venía en alza, por 6-4, 3-1 y abandono. Squillari perdía 3-4, 40-0 ante Goran Ivanisevic cuando éste se lesionó y abandonó el partido. Calleri logró un importante triunfo de 7-5 y 6-1 ante el marroquí Younes El Aynaoui, en tanto que Díaz Oliva sorprendió batiendo a la eslovaca Henrieta Nagyova por 6-3 y 6-3 y Suárez a la italiana Rita Grande por el mismo resultado. Dulko, quien había ingresado al torneo por invitación especial, cayó en segunda vuelta ante la austríaca Barbara Schett 6-1, 6-2.
“Cuando entré en ritmo todo mejoró. Mi próximo rival será Andre Agassi, pero es un partido que me gusta, voy a tratar de ser la sorpresa del torneo”, dijo Calleri. “Me sobra fe, ningún jugador me asusta”, agregó. El próximo rival de Squillari será el sueco Thomas Enqvist.
Suárez estaba satisfecha tras un partido más sencillo de lo esperado ante Grande. “Había que luchar cada punto y no perder la cabeza, porque ella tiraba permanentemente slice”, explicó. Su próxima rival será la belga Kim Clijsters. “Kim juega muy rápido, algo que a mí no me molesta”, agregó la pergaminense.
Díaz Oliva siguió por la senda del heroísmo. Aquejada de fuertes dolores en el nervio ciático, la argentina casi no podía sentarse para hablar. “No me puedo ni sentar. Jugué porque me dijeron que podía hacerlo, pero a medida que me voy enfriando es peor, me duele cada vez más”, confesó. Su próximo desafío es más que complejo, la estadounidense Venus Williams, defensora del título y ex número uno del mundo. “Por más que me mate me va a encantar jugar con ella”, se entusiasmó Díaz Oliva.