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Después de la victoria ante Estados Unidos, el entrenador del seleccionado argentino de básquetbol, Rubén Magnano, explicó que el equipo deseaba “esto durante mucho tiempo. Ya ganamos una medalla, ahora nos queda un partido para ver de qué color es esa medalla. Creo que con la victoria sobre los Estados Unidos demostramos que, cuando un equipo se siente fuerte, nada es imposible”. Además, Magnano señaló que “Estados Unidos se vio perjudicado con la salida de Duncan, pero creo que más allá de esa situación, nosotros hicimos un buen trabajo en defensa neutralizando al resto del equipo”.
Por otro lado, el bahiense Emanuel Ginóbili, la gran figura del seleccionado, afirmó que ya tienen “la medalla de plata, pero ahora vamos por la dorada. No nos queremos quedar con esto, queremos más”. Y agregó: “Estamos locos, estamos muertos, imagínense la felicidad que tenemos todos. Este es el premio a un trabajo de muchos años. Ya tenemos la medalla, creo que si le ganamos a Estados Unidos podemos también ganarle a cualquiera”. Más tarde, el jugador de San Antonio destacó que el triunfo “es mucho más importante que el que se consiguió en el Mundial, ya que acá los dejamos afuera de una final, y a ellos sin dudas les debe doler mucho más”. Por su parte, el base Alejandro Montrecchia señaló: “Estoy supercontento, hicimos un partido bárbaro, pusimos garra y le ganamos sin objeción”.
El otro base del seleccionado, Juan Ignacio Sánchez, expresó que “las claves estuvieron en el duro juego defensivo que hicimos y en que nunca nos sentimos intimidados por todo lo que representa el Dream Team. El hecho de que algunos de nosotros haya jugado en la NBA hizo que le perdiéramos el respeto, aunque ellos son muy buenos jugadores”, comentó Sánchez.