DEPORTES › OPINION
Me daban ganas de jugar
Por Ernesto Gehrmann *
Ya habían pasado más de 15 minutos del final y no salía de mi asombro. Estaba solo acá en Misiones y me daban ganas de compartir esta victoria de la selección con alguien, y hasta de estar ahí jugando en Atenas. Esperé el desenlace con temor, pero nuestro equipo supo manejar con distintos planteos, tuvo un esquema defensivo impecable, varió las tácticas, hizo hombre y zona combinada, y en ataque contó con un Manu muy inspirado y con un grupo entero en un gran nivel. Sin un gran estado anímico, Argentina nunca podría lograr este tipo de resultados. A los muchachos los han favorecido el hambre de gloria y la posibilidad inminente de quedar en la historia. Ojalá que este tipo de logros sirva para el futuro, ahora se vienen las finales nacionales de los Juegos Evita en mi provincia, Misiones, en octubre, y me han nombrado padrino. Sueño con ver chicos de por acá cruzándose con los de Tierra del Fuego y de otros puntos del país. Eso mantiene viva la llama del deporte y el futuro se puede ver con más optimismo. Acá vendrán 3500 chicos y chicas de 15 y 16 años, muchos de los cuales pueden llegar a ser referentes deportivos en poco tiempo, aunque no sólo hay que pensar en los que llegan. Nadie se olvida del paso por un Juego Evita, de los que han salido muchos deportistas en el pasado.
Quiero enviar un fuerte abrazo a Magnano y a todos los muchachos. Me siento con ellos parte de una historia que los avala y les reconoce todo lo que están haciendo por el básquet argentino. Sería hermoso que alguno de ellos nos pudiera acompañar en los Evita en octubre. Estoy seguro de que esta realidad hará que crezca la cantidad de chicos que practiquen básquet. Por eso que el agradecimiento es doble.
* Ex pivot de la Selección Argentina durante 14 años.