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Newell’s Old Boys alcanzó a Vélez en la punta de la tabla del Apertura al vencer a Racing en el Parque Independencia por la mínima diferencia, aunque sufrió al final al retrasarse en la cancha de acuerdo a lo dispuesto por su entrenador, Américo Gallego. El partido fue emotivo y tuvo acción cerca de ambos arcos, sorprendiendo Racing al intentar ser protagonista pese a los inconvenientes futbolísticos que padece y que derivaron en el alejamiento del entrenador Ubaldo Fillol.
El equipo de Avellaneda fue saludablemente más ofensivo en el arranque, generando varias situaciones de gol a través del ex Central Martín Cardetti. Pero en la segunda mitad de esa etapa, el equipo local respondió con las luces de Ariel Ortega, que intentó desequilibrar en base a gambetas como en sus viejos tiempos, aunque sobre la media hora sintió una molestia en el aductor derecho que mermó su rendimiento. Newell’s creció con el jujeño, que fue una pesadilla para Pinola, a tal extremo que el defensor fue amonestado y Rivarola tuvo que reemplazarlo por Cabral en el entretiempo.
A cinco minutos de la finalización del primer tiempo, el juvenil Borghello cedió para Belluschi, cuyo tremendo derechazo desde afuera del área se clavó en el ángulo superior izquierdo de Luchetti, que terminó siendo el mejor del equipo visitante.
En el segundo período fue otro partido, por imperio del conservadurismo que suele ejercer Gallego cuando sus equipos se ponen en ventaja. Newell’s retrocedió diez metros en el campo para dedicarse a jugar de contraataque, pero con la mente puesta esencialmente en mantener la ventaja. Ya no estaba Ortega ni tampoco Capria, y la intención quedó de manifiesto cuando promediando la etapa hizo ingresar a Zapata, un volante defensivo, en reemplazo del único delantero de punta que le quedaba, Borghello.
Pero esta vez, a diferencia de lo que le ocurriera en algún superclásico con Boca cuando dirigía a River, terminó saliéndole bien la jugada y medio Rosario celebra.