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Está claro que el nivel de los equipos en el presente Apertura no es el esperado. Se ha jugado ya más de la mitad del campeonato y sobra material para certificar esto. Basta con observar los arranques de los últimos diez torneos, desde el Clausura 2000 hasta el Apertura 2004, para poner pies en tierra y echar luz sobre este asunto que, consecuencia del modelo de exportación de jugadores que se viene aplicando en el fútbol argentino, ya debiera preocupar a los dirigentes, de cara al futuro.
Desde que en 1995 se instauró la reglamentación de tres puntos por victoria, nunca un líder del campeonato había cosechado tan pocas unidades como Vélez y Newell’s, que llevan 22 luego de disputadas once jornadas. Cinco temporadas completas habría que remontarse para encontrar otro comienzo así de fallido: hasta el Clausura 2000, certamen que tenía a River como único líder con apenas 23 puntos, uno más que los punteros actuales. Para colmo, aquel torneo tenía una buena excusa para justificar un rendimiento de los líderes tan pobre, ya que River y Boca, primero y tercero, estaban jugando la Copa Libertadores (se cruzaron en cuartos de final) y priorizaron esa competencia. Casualmente o no, Vélez y Newell’s son los únicos “no grandes” que ganaron algún torneo corto.
En la comparación de rendimientos, el Apertura 2004 sale muy mal parado respecto de los campeonatos anteriores. Con las campañas de los líderes, apenas alcanzaría para pelear por el tercer o cuarto puesto, salvo en el Apertura 2003, en el que Central era segundo con 22 puntos. Incluso en el Apertura 2001, Racing, el entonces líder y luego campeón, a esa altura ya había cosechado siete puntos más que los que lograron Vélez y Newell’s. Y si se tiene en cuenta la cantidad de goles, el registro es aún más alarmante. Con 223 tantos en 110 partidos, el promedio apenas supera los dos por juego (2,03). También llama la atención la poca eficacia de los dos que mandan: Newell’s anotó 12 goles (1,09 de promedio), mientras que Vélez convirtió 13 (1,18). Además, ningún equipo logró una modesta media de, aunque sea, dos goles por partido.
Tanta devaluación llevó a que entre los líderes y sus primeros ocho seguidores apenas haya cinco puntos de distancia, lo que deja abierto el torneo. Algo también llamativo, debido a que en siete de los últimos diez campeonatos el puntero a esta altura luego resultó campeón. Además, otra muestra de la paridad la determina que Gimnasia, séptimo a cuatro puntos, fue el único equipo que ganó sus dos partidos luego del receso. Por último, el flojo presente de Boca y River queda reflejado en el hecho de que en los últimos diez certámenes, al menos uno de ellos estaba entre los dos primeros, algo que ahora no ocurre.