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¿Qué tienen en común la inseguridad, el futbolista Gustavo Oberman, el avión Tango 01, el presidente Hugo Chávez y Racing Club? A no ser que un milagro de la naturaleza lo explique, no tienen nada en común. Pero gracias a Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde todos merecieron un capítulo especial en la conversación que mantuvieron ayer en la Casa Rosada. Eso sí: el tema de cabecera fue el Mercosur. Y la gran novedad que, para diciembre, Sudamérica se podrá presentar como un bloque regional en los foros internacionales.
La unidad sudamericana se concretaría en Cuzco, entre 8 y 9 de diciembre. Ni la fecha ni el lugar son casuales: el 9 de ese mes, pero de 1824, se libró la batalla de Ayacucho. Y Cuzco significa en quechua “centro del mundo”. Ya está comprometida la asistencia de los representantes de la Comunidad Andina (Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela) de Chile y del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay).
“Estamos en vísperas de lograr el sueño de los libertadores de América de tener una Sudamérica unida”, afirmó un entusiasmado Duhalde. Pero ¿qué significará el acuerdo regional? Básicamente un primer paso institucional hacia la unidad política, lo que supone una voz única y más poderosa en la lucha por intereses comunes, como pueden ser los económicos.
En Montevideo ya se firmó un tratado de libre comercio. Y no se descarta, aunque no en un futuro inmediato, la confección de la moneda común. De hecho, los bancos centrales de los distintos países ya han abordado el tema de manera informal.
Duhalde le planteó a Kirchner imitar los pasos dados por la Unión Europea. Y eso implica que en algún momento habrá que lograr una representación legislativa. O sea, un Congreso de toda la región, capaz de fijar normas y establecer parámetros para la uniones aduaneras.
“La región tiene un producto bruto de 800 mil millones de dólares, circundado por dos océanos, con el 30 por ciento de reserva de agua dulce y 100 años de reserva de petróleo, gas, grandes bosques, caudalosos ríos y es el mayor productor de alimentos del mundo”, resaltó Duhalde en conferencia de prensa. Aunque rápidamente reconoció que los datos tienen su contracara en los índices de pobreza y el alto nivel de inseguridad. El tema desvela al ex presidente: este semana volvió con su vieja idea de incorporar a las Fuerzas Armadas en la lucha contra el delito (ver aparte).
El encuentro de 40 minutos que se desarrolló en la Rosada, y del que participaron el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el asesor duhaldista Eduardo Amadeo, le dio material a Duhalde para la conversación que mantendrá este domingo con el presidente venezolano Hugo Chávez. La perlita: la charla no será a puertas cerradas ni tampoco en el Palacio de Miraflores. Se realizará frente a las cámaras de televisión en Maracaibo, en el marco del programa Aló Presidente.
Al regreso, Duhalde se reunirá con el ministro de Planificación, Julio De Vido, para hablar de obras que competen a la región. Entre ellas, el recontraanunciado puente Colonia-Punta Lara. Hay en mente otros megaproyectos, por un total de 3000 millones de dólares, que se financiarían con fondos del BID y aportes privados europeos, norteamericanos y japoneses.
Justamente De Vido, y también el ministro del Interior, Aníbal Fernández, se dieron una vuelta ayer para saludar a Duhalde. Los funcionarios fueron testigos del buen clima que reinaba en el despacho de Kirchner. El ex presidente aprovechó para preguntar si hubo “julepe” cuando falló una turbina del Tango 01. Y su sucesor le contestó que no fue tanto como salió publicado en los medios. “Nada serio”, dijo. Minutos antes, Duhalde había explicado con exagerados ademanes un percance que atravesó en pleno vuelo mientras era gobernador.Hubo un intercambio de opiniones sobre el crecimiento del PBI. Se habló del desarrollo industrial y de cómo esto repercutirá en las próximas mediciones de desempleo. Fernández habló de lo “desarticulada” que está la oposición, en alusión a Elisa Carrió, Ricardo López Murphy y Patricia Bullrich. Y agradeció a Duhalde por mostrarse a favor de la cesión de superpoderes cuando lo entrevistaron en el programa A Dos Voces.
¿La interna del PJ, Chiche Duhalde y Cristina Kirchner, Felipe Solá? Al parecer fueron temas vedados. O todos coincidieron en coserse la boca. En cambio, nadie se guardó lo suyo en materia deportiva.
Fue en la antesala presidencial, cuando Duhalde sacó pecho por el presente de Banfield. Y recordó –o se recordó, incrédulo– que El Taladro va a jugar la Copa Libertadores. Para no resultar pedante endulzó a Fernández señalando la buena performance de Gastón Machín y Lucas Biglia, dos volantes de Argentinos Juniors. El jefe de Gabinete sumó a Gustavo Oberman y Leonardo Pisculichi, también de los Bichitos Colorados, entre los “grandes jugadores” del momento.
También coincidieron sobre el bajo nivel del ex talleres Víctor Piriz Alvez. Y quedaron en compartir tribuna cuando Banfield y Argentinos se enfrenten.
–¿Y por casa cómo andamos? –se le animó Duhalde a Kirchner, cuando se acercó a saludarlo.
–Mejor no hablemos –refunfuñó el Presidente. Claro, hablaba de su Racing querido, que sacó apenas 1 punto de los últimos 24 jugados.