DEPORTES
Otro capítulo en la historia de los cheques voladores del señor López
Un día después del título en el Apertura, al presidente de Newell’s le rechazaron cinco cheques. Ya tiene un record de 713 en total.
Por Gustavo Veiga
Apenas un día después de que Newell’s diera la vuelta olímpica tras haberse adjudicado el torneo Apertura, cinco cheques firmados por Eduardo López como presidente del club eran rechazados en el Banco Municipal de Rosario. La cifra de 42.557,36 pesos contenida en esos papeles sin ningún valor monetario es tan sólo el 0,80 por ciento de unos 5.300.652,63 pesos, monto por el que ese dirigente libró pagos sin fondos. Unos 351 cheques que volaron como si fueran papelitos, en medio del festejo desatado 24 horas antes en la cancha de Independiente.
En el registro de deudores del Banco Central, López tiene una mancha que se expande hasta un total de 713 cheques rechazados, cuando se toma en cuenta su actividad privada. O sea que, como titular de Newell’s o como empresario, su deuda asciende a 10.024.819,18 pesos. Los datos económicos componen sólo una parte del perfil que este personaje ha construido con obstinada voluntad para mantenerse en el poder durante diez años y a cualquier costo.
Sus adversarios no ceden en sus denuncias. En la semana que pasó, las hicieron desde Buenos Aires. Al decir de Luis Boselli, el frustrado candidato a presidente por el Movimiento Centenario, tener que tomar esa medida no le causó demasiada gracia. “Sentí vergüenza ajena por tener que dar una conferencia lejos de Rosario. Pero allá, muchos no ejercen el periodismo debido a esta mafia, a la que no puede llamársela de otro modo”, señaló Boselli con frustración.
Durante el encuentro, Daniel Rofman, el presidente de la filial porteña de Newell’s, comentó que “algunos cheques fueron cubiertos por López, pero con balas. Un ex convicto de la cárcel de Coronda, pistola en mano, visitó al defensor colombiano Jorge Bermúdez antes de que se alejara del club y algo similar le habría pasado a Héctor Veira cuando reclamó una deuda”, destacó Rofman.
Boselli y su compañero de fórmula, Gabriel Monserrat, también abundaron en detalles sobre la suprimida vida social de la institución rosarina, un ejemplo hace unos años y ahora casi en extinción. “El polideportivo Bella Vista fue cerrado porque López dice que Newell’s es un club de fútbol”, dijo el primero. “Hubo socios que jugaban al tenis y en su momento se movilizaron contra el presidente –señaló Monserrat– cuando quería sacar las canchas del Parque Independencia. Pero la respuesta que les dio fue el envío de una retroexcavadora con la que primero destruyó todo y luego cerró la actividad.”
El reclamo que hacen el Movimiento Centenario y el otro sector opositor que lidera el empresario Eduardo Bermúdez –quien negoció con López varios pases de futbolistas durante su presidencia–, es que se convoque a elecciones cuanto antes, ya que éstas se suspendieron el 12 de diciembre y aún no tienen fecha cierta para el 2005. Denunciaron la situación ante la Justicia, aunque también desconfían de ella.
Monserrat, abogado de profesión, sintetizó su impresión en una frase: “El juzgado número 12 es como la casa de López...”. Se refirió así al lugar desde donde se desempeña el doctor Rodolfo Bruch, magistrado del fuero Civil y Comercial que entiende en la convocatoria de acreedores de Newell’s.
También son varias las voces deportivas que se alzaron durante el año contra la cuestionada gestión de López. Dos símbolos del club, uno como director técnico y el otro como jugador, se pronunciaron contra el hombre que reúne todo el poder en sus manos. Marcelo Bielsa, cuando aún era el entrenador de la Selección Argentina, dijo: “El actual presidente Eduardo López le hace daño a Newell’s. Es inevitable que me manifieste, tengo una obligación moral y tengo una obligación de afecto hacia una institución a la que quiero, a la que le debo todo, de la que soy hincha”. En noviembre último, Gerardo Martino anunció: “No volveré a Newell’s hasta que no se vaya el actual presidente. He dirigido a equipos campeones en Paraguay y quisiera volver a mi club, pero por ahora no es posible hacerlo”. Además, no son los únicos ídolos de la institución que se expresaron en esos términos o similares.
A Eduardo López poco parecen importarle estos comentarios. Semioculto en su palco con vidrios polarizados ubicado en el estadio del Parque Independencia o a salvo de presencias molestas gracias a los servicios de su guardia pretoriana, se hace ver muy poco. El hombre con condena firme como organizador de juego ilegal sabe mantener el poder sin escatimar recursos. Lo que nadie está en condiciones de asegurar es hasta cuándo seguirá haciendo de las suyas.