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Una gran definición de Hernán Crespo le permitió a Argentina empatar 2-2 con Alemania y festejar al final de un partido donde exhibió una producción plagada de dudas colectivas e individuales. La insistencia ofensiva del delantero del Milan –que además convirtió otro tanto de penal–, junto con las apariciones esporádicas de Riquelme y Cambiasso en la mitad de la cancha y las decisivas atajadas de Abbondanzieri fueron lo mejor que ayer mostró el equipo de José Néstor Pekerman tras su presentación en Düsseldorf.
Alemania salió con todo a presionar sobre la salida del equipo argentino y logró cortar su circulación de juego en los primeros minutos del partido. Con la presión de sus volantes más la presencia de sus delanteros, Asamoh y Kuranyi, los locales consiguieron hacerse con la tenencia de la pelota ante un rival que sólo atinaba a responder con algún arresto individual de Riquelme o Saviola. Y fue por una combinación entre ambos jugadores que Argentina tuvo su chance más clara de gol en el primer tiempo. Un pase en profundidad del volante de Villareal dejó a Saviola frente al arco rival, pero éste perdió la pelota ante la rígida marca de los defensores alemanes.
Cuando la superioridad del equipo de Jürgen Klismann era evidente, Burdisso cometió un falta en el área sobre Kuranggi y el árbitro italiano Farina sancionó un penal que Frings se encargó de convertir. A puro centro, Argentina intentó reaccionar sin mostrar claridad. Hasta que otra acertada combinación entre Riquelme y Saviola le permitió a Sorin ir a pelear una pelota en el área en una jugada que terminó con un penal dudoso en favor del conjunto argentino. Crespo lo ejecutó y puso el empate cuando faltaban cinco minutos para el final de la primera mitad. Parecía que ese tanto le iba a permitir al seleccionado recomponerse y salir a jugar el segundo tiempo más ordenado. Pero Kuranyi, justo sobre el cierre, tras burlar la posición adelantada de la defensa contraria, marcó el segundo ante la salida de Abbondanzieri.
Con el propósito de adquirir dinámica y precisión en la mitad de la cancha, Pekerman hizo ingresar a Maximiliano Rodríguez y Esteban Cambiasso desde el comienzo del complemento. Pero tampoco así Argentina consiguió manejar el desarrollo del partido. Todo era fervor en un conjunto argentino que avanzaba sin claridad, dejando espacios que Alemania aprovechaba para contraatacar. Los volantes alemanes se proyectaron en varias ocasiones a espaldas de Heize y Zanetti y crearon varias situaciones de peligro en el arco de Abbondanzieri, quien pese a todo respondió con efectividad cada vez que estuvo exigido por el ataque adversario. Como en el primer tiempo, el conjunto germano se hizo con la iniciativa del encuentro, pero no pudo adueñarse del control de la pelota. Además careció de contundencia a la hora de desequilibrar. Los locales repitieron constantemente la misma variante ofensiva durante el segundo tiempo: desborde por la derecha y centro para buscar la entrada de Kuranyi o Schweinsteiger. De tanto repetirse, la acción ofensiva de los alemanes terminó neutralizada por los zagueros argentinos.
Con el cambio de Galetti por Duscher, Argentina se jugó las últimas cartas que tenía en busca de la igualdad y con mucha más actitud que fútbol la Selección trató de generar una oportunidad de gol, en el tramo final del encuentro. Así llegó un pase en profundidad de Cambiasso para Crespo, quien señaló el empate al definir por arriba del arquero alemán Lehmann. De esta forma, y a diez minutos del final, los dirigidos de Pekerman se encontraron con un empate que tuvo gusto a triunfo, sobre todo por la producción deslucida que cumplieron a lo largo de este amistoso.