DEPORTES
“Creo que lo más difícil que tiene el fútbol es pensar”
Pablo Aimar habla en Valencia del compromiso con el juego, de su cuestionado estado físico, de su amigo Juan Román Riquelme, a quien elogia, de equipos de ensueño, de libros y de cine.
Por Cayetano Ros*
Desde Valencia
–Después de tres brillantes actuaciones, usted se apagó.
–Un poco por las molestias que me pararon todo este tiempo. Cuando no estás con la moral a mil, es como hay que empezar cada partido, eso afecta. Físicamente no estamos fenómeno, pero a esta altura no lo está nadie.
–¿Obsesionado con las lesiones?
–No. Algunos, por una rodilla, se pierden un año y yo, con varias, no he estado fuera ese tiempo. A veces los coches se rompen.
–¿No da más su físico?
–No es eso. Creo que tengo que prepararme bien.
–¿Una preparación especial?
–Me entreno al máximo porque se juega como se entrena. Todos los días me quedo una hora más que la mayoría, tratándome y haciendo ejercicios.
–¿Le duele que lo acusen de ser de cristal?
–No. Me duele que haya gente en mi familia que no esté bien o que llore mi hijo.
–Se lo acusó de borrarse y pareció afectarlo.
–No quiero generalizar, pero a muchos (periodistas) les gusta más una declaración ruidosa o acusadora que un caño porque le pueden sacar más jugo. De mi actitud no se puede quejar nadie. Seguro que quien dijo que me borré no era del fútbol.
–Usted es uno de los que más kilómetros corre en cada partido. ¿Perjudica eso su creatividad?
–No. Siempre jugué así. Quizá con el tiempo hay que aprender a regular más. Pero, a veces, tu equipo va perdiendo, te esforzás y dejás de pensar, que es lo más difícil en el fútbol: pensar. Esto es contradictorio con que digan que me borré.
–¿Está harto de ser cuestionado?
–Hay momentos en que uno erra un pase y la gente se impacienta. Yo le doy para adelante. No me cuestiono mi actitud, sino mis actuaciones. Hay días que me digo: “Qué mal jugué”. Pero no mis ganas de ganar. El día que no te quieren más, los clubes te lo dicen o ni siquiera te lo dicen. El día que eso pase acá, para nada me voy a cuestionar lo que hice.
–¿Por qué el Valencia ya no se defiende tan bien?
–Porque no hemos continuado con esa idea de ser un bloque, de primero defender nuestro arco y después ir a ganar, que nos dio tantos resultados. Hubo lesiones. No tuvimos un buen año la mayoría y no estamos en posición acorde con nuestros antecedentes y nuestros futbolistas.
–¿Qué le cuenta su amigo Riquelme del Villarreal?
–Está contento, feliz, con ganas de quedarse.
–¿Cómo fue cuando jugaron juntos en la Selección Argentina juvenil?
–El jugaba un poquito atrás, con un delantero arriba, o los dos en la misma línea, con dos delanteros. Quizás en los juveniles haya menos presión y los entrenadores se arriesguen más. Algunos juegan con tres de creación y me parece bien que ganen.
–¿Qué equipos le gustan?
–El más vistoso es el Barça. También el Milan, que se arriesga, aunque el otro día se vio superado por el PSV, que demostró ser mejor pese a tener diez nombres menos. No vi este año jugar a nadie como al PSV.
–¿Y jugadores?
–Riquelme, que está mejor que en Boca, y espero que juegue así en la Selección. También Canobbio, del Celta. La rompió.
–¿Le cambió tener un hijo?
–No sé si me cambió. Tenía algunas expectativas y las superó por mucho. Mientras no lo vivís, no te preguntás “¿cómo se puede vivir sin esto, que pesa 10 kilos y se ríe cuando lo mirás?”. Te llena. Tu día está completo. Me arrepiento muchísimo de no haber filmado su nacimiento.
–¿Algún libro o película que recomendar?
–Leí uno de Paul Auster, La noche del oráculo, que me gustó. ¿Una película? Diarios de una motocicleta. Me encantó. Tengo un hermano que es un enfermo de las motos. Anda buscando una Norton 500, que es la del Che Guevara, La Poderosa.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.