No hay caso. Por más que admita que está trabajando en mejorar y que por momentos recupera la confianza, Guillermo Coria sigue padeciendo por sus problemas con el servicio y con las dobles faltas. Ayer cometió 14 en el partido que perdió 6-2, 6-0 ante el español Nicolás Almagro, con lo que se despidió de manera muy triste del Abierto Conde de Godó. El santafesino reconoció que se trata de un problema de confianza, y que no se arregla en un par de semanas.

Coria intentaba acceder a los cuartos de final de Barcelona, pero sus inconvenientes para meter su saque no le dejaron chance para ganarle a Almagro, que aprovechó los errores del argentino para llevarse una cómoda victoria y clasificarse para la siguiente ronda. De esta manera, no quedan tenistas argentinos en el certamen. Pero, más allá del resultado, lo más preocupante para Coria resultó la vuelta de los fantasmas del servicio. “Cuando hacés dos o tres dobles faltas te ponés tenso, nervioso”, indicó Coria. “Y no es que no sepa sacar, porque si no no estaría donde estoy y en dos años no hubiera tenido las estadísticas altas de primer servicio”, aclaró el argentino.

Sobre las razones de sus problemas, Coria lo atribuyó a su confianza. “El año pasado cambié la empuñadura y ahora se me está mezclando todo, me falta confianza, en los entrenamientos estoy más relajado, y saco increíble, pero es cuestión de comenzar a soltarme en la cancha”, explicó el tenista, que reconoció que no tiene rendimientos acordes con su posición en el ranking. “No estoy teniendo el nivel de un top ten y aunque hace tres años que estoy entre los diez primeros, ésa no es mi meta sino ser un jugador completo, llegar bien a Roland Garros, que es lo cercano, y jugar lo mejor posible en Roma y Munich”, dijo Coria.