“Caballo que alcanza, ganar quiere”, dicen los burreros. Le calza justo a este equipo que corrió de atrás todo el campeonato, que ganó once de los últimos doce partidos que jugó, y que en las últimas dos fechas descontó cuatro puntos. Este equipo de Simeone, que cuando puede le agrega virtuosismo a la eficacia y cuando no hace valer esa condición eficaz, arriba a la final, indudablemente, jugando mejor que su rival.

Sin duda, va a hacer valer hoy esa diferencia. Basta repasar la formación para entender que Estudiantes es el equipo más ofensivo del campeonato. Aunque no estará Calderón (una ausencia importante tanto por lo que genera como por la manera en que, desde dentro del campo, maneja los tiempos del ataque) sí jugará Pavone, el mismo que anotó 10 de los 35 goles del equipo en este Apertura y asusta a La Volpe que le cambia el marcador. Lo acompañará Maggiolo como bien pudo haberlo hecho Lugüercio; pero además, en el medio, el único volante de marca es Braña: Sosa es un volante de creación, Verón canta el ritmo con la pelota al pie y Galván es más delantero que mediocampista. Por si fuera poco, desde el fondo sube Alayes para meter cabezazos ganadores (lo sufrieron Vélez, River, Arsenal...) o empuja Alvarez por el lateral. Hasta el banco, con jugadores como Benítez, Piatti o Saucedo, parece más dotado que el de su rival, y Simeone ha dado pruebas de saber meter los cambios como un consumado piloto... de equipo.

Si tras 19 fechas, corriendo de atrás, no sintió la presión, tampoco es probable que vaya a sentirla esta tarde, pese a la obligación de ganar. El envión anímico está de su lado, no habrá peso de localía en el estadio de Vélez repartidas las tribunas, no hay razón para que afloren nervios o compromisos.

Ha tenido un año de triunfos agónicos, primero en la Copa Libertadores en la que ganó partidos para el infarto, y ahora en el Apertura, ganando de arremetida. Hay hambre de gloria, no existe la subestimación y los argumentos futbolísticos son superiores a los del rival. Es una final, y todo puede pasar. Pero lo más lógico es que gane Estudiantes.

Juan Sebastián Verón.

Cinco amonestaciones le impedirán a José Luis Calderón jugar la final. Aunque Estudiantes se entrenó ayer a puertas cerradas, parece claro que Simeone se inclina por Ezequiel Maggiolo para reemplazarlo.

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La primera alternativa que se manejó fue el ingreso de Benítez en el medio para sumarse a Verón y Sosa en la función creativa, adelantándose Galván en el campo para acompañar a Pavone.

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Simeone concentró a 26 jugadores en el predio de City Bell y el plantel se entrenó sin la presencia de hinchas: estaban haciendo la cola de 15 cuadras para conseguir entradas.