Diego Armando Maradona sufrió en la madrugada de ayer una nueva recaída, lo que motivó que fuera trasladado en una ambulancia al Hospital Madre Teresa de Calcuta de Ezeiza, donde quedó alojado en terapia intensiva, para luego ser derivado al Sanatorio de los Arcos, en Palermo.

Maradona, a quien acompañaron su médico personal Alfredo Cahe y el intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, fue atendido en primer término por la doctora Cecilia Borgareto, e inmediatamente fue derivado a la sala de cuidados intensivos. Al momento de sufrir una nueva descompensación en su estado de salud, Maradona estaba en una quinta de Ezeiza, hacia donde había sido llevado 72 horas atrás luego de estar internado dos semanas en el Sanatorio Güemes.

Su médico personal, Alfredo Cahe, dijo que Maradona “está compensado” y explicó que esta nueva internación se debió a “molestias abdominales que sufría desde hace 24 horas”. Cahe volvió a señalar su posición contraria a que el ex futbolista hubiese abandonado el Sanatorio Güemes, aunque indicó que “se le dio el alta porque los exámenes que le hicieron daban resultados normales”. El médico comentó que, en ese momento, todavía faltaban realizarle “algunos estudios complementarios como un mapeo cerebral”.

Por su parte, Oscar Sicco, director del hospital Madre Teresa de Calcuta, declaró por la mañana que el paciente estaba lúcido y bajo el efecto de analgésicos, debido a los dolores abdominales que sufría. El médico indicó que Maradona lo único que decía al momento de su internación era “por favor, doctor, sáqueme este dolor”, y que después de tomar unos analgésicos “se quedó tranquilo”. El ex jugador se encontraba “estable” en la noche de ayer, y el próximo parte médico será dado a conocer hoy al mediodía. Por lo pronto, los médicos descartaron “por completo” que Maradona concurra mañana a ver el superclásico en la cancha de Boca, tal como había asegurado el jueves.