El número uno del tenis mundial, el suizo Roger Federer, descansó ayer tras una semana perfecta en la que conquistó su torneo número 50 y vio cómo alejaba a su perseguidor más temible, el español Rafael Nadal, en la lucha por el número uno de la temporada. “No es exactamente en lo que más concentrado estaba, pero 50 es un lindo número”, dijo Federer tras su título en Cincinnati, que lo convirtió, a los 26 años, en el quinto tenista más joven de la historia en ganar 50 títulos. Sólo Björn Borg, Jimmy Connors, John McEnroe e Ivan Lendl eran más jóvenes que él cuando alcanzaron la misma marca. Y no mentía, porque lo que más espacio ocupa en su mente es llegar de la mejor manera posible y ganar dentro de tres semanas en Nueva York su duodécimo título de Grand Slam. Si lo logra, Federer quedará a sólo dos títulos del record de estadounidense Pete Sampras. “Fue una gran semana, y estoy muy feliz. Ahora espero con mucho entusiasmo el US Open”, dijo el suizo, que ostenta un record impactante en finales jugadas en Estados Unidos: de las 13 que disputó sólo perdió una.