¿Para qué le sirve al pretendidamente normal desarrollo del torneo Apertura de fútbol que Julio Grondona amenazara casi tímidamente con la suspensión del campeonato si este fin de semana no jugaban San Lorenzo y River?

¿Para qué sirvió que jugaran este fin de semana San Lorenzo y River? ¿Para que River no acumulase tres asteriscos? ¿Para comprobar la esperada recuperación del Burrito Ortega? ¿Para imaginar una vez más engañosamente un “nuevo River”? ¿Para “medir” al último campeón sin ya algunas de sus figuras de la primera mitad del año, pero con la incorporación de otras? ¿Para que el negocio “televisión-fútbol”, que no es otro (por lo menos que se sepa) que “Torneos y Competencias (ya sin Carlos Avila) - Asociación del Fútbol Argentino (todavía con Julio Grondona)” siga engordando chequeras de unos pocos, aunque los clubes sean intervenidos, concursados, quebrados y/o manejados por barrabravas?

¿Para qué sirve saber que, además de la cruenta interna entre los “batatas” de River, se agrega la de los “batatas” de Boca (como si alguna vez en los últimos tiempos esa interna –la de Boca– hubiera cesado) si no se hace nada al respecto?

¿Para qué sirve que se diga que “algunos” de los Borrachos del Tablón se quedaron con el reintegro de gastos del Mundial de Alemania –entradas, hoteles, etc.– después de que los echaron y no pudieron seguir viendo el torneo, y que la represalia de los otros por el “vuelto” no repartido se “compensó” con un pedazo del pase de Gonzalo Higuaín al Real Madrid?

Para nada. Nada de esto, ni mucho más, sirve para nada.