Situado en el tercer puesto del ranking mundial, con cinco títulos esta temporada –el último el domingo tras ganar el torneo de Viena–, el serbio Novak Djokovic se convirtió en el más serio aspirante a desafiar al suizo Roger Federer y al español Rafael Nadal, hasta tal punto que ayer no dudó en afirmar que hay “una pequeña posibilidad”, y quiere aprovecharla, de acabar el año en el puesto número dos del ranking.

Este año, Djokovic, quien ganó fama de chico gracioso con sus imitaciones de los principales jugadores del circuito, culminó con éxito dos Masters Series, Indian Wells y Montreal, además de los títulos de Estoril, Adelaida y el de la capital austríaca. Tampoco le fue mal en torneos de Grand Slam, donde llegó a octavos en Australia, semifinales en Roland Garros, semifinales de Wimbledon y a la final del Abierto de EE.UU.

Aparte, Djokovic probó su fuerza mental ganándoles en el torneo de Key Biscayne a los dos únicos jugadores que lo superan en el ranking: a Federer, en la final, y a Nadal en semis; además, antes se había deshecho del estadounidense Andy Roddick.

Apenas llegó a Madrid, el serbio se tomó un día de descanso –recién debutará mañana ante el vencedor entre los españoles Albert Montañés y Fernando Verdasco– y luego brindó una conferencia de prensa, en las instalaciones del torneo, en la cual consideró que entre sus objetivos figura acabar el año debajo de Federer, superando a Nadal.

“No quiero presionarme con una tensión extra, pero sí quiero mantener mi ritmo, trabajando mucho. Tuve un año increíble y veo ahora los partidos contra Nadal y Federer de forma diferente. Necesito ser más ofensivo y a la vez defensivo, más fuerte mentalmente y consistente, pero desde luego que, con 20 años, no puedo decir que la temporada que viene seré número uno del mundo, pero quiero aprovechar una pequeña oportunidad para poder ser el número dos”, comentó Djokovic, el jugador que en el año ha obtenido los mejores resultados.