Angel Cabrera, el golfista argentino que a partir de sus brillantes conquistas internacionales en lo que va de la temporada ha acaparado la atención en el Torneo de Maestros que se lleva a cabo en el Olivos Golf Club, admitió ayer estar “agotado, aunque sin más alternativas que seguir”, respecto de los compromisos que tiene por delante. Además, el golfista aprovechó la jornada, que fue suspendida por la intensa lluvia, para dejar sus sensaciones sobre el recibimiento que tuvo tras obtener el Abierto de los Estados Unidos y el Grand Slam de Bermuda en este 2007.

“Estoy un poco agotado de tantos compromisos, pero son todos importantes y no puedo faltar a ninguno”, confió Cabrera, quien tras un buen comienzo en el presente torneo ayer pudo jugar sólo cuatro hoyos y sin obtener buenos resultados: bogey (un golpe arriba del par) en el par 5 del hoyo uno, doble bogey en el par 4 del 2 y otro bogey en el par 4 del 3. Luego sonó la chicharra de la segunda suspensión y la decisión de los organizadores de pasar todo para hoy. “Vamos a ver qué pasa mañana (por hoy). Ojalá podamos jugar el campeonato a 72 hoyos”, señaló.

Cabrera ya ganó las tres ediciones anteriores de 1999, 2001 y 2005, algo que sumado a los logros mencionados previamente lo ubican como la gran figura y verdadera estrella de este Torneo de Maestros. “Siempre me gustó jugar en Olivos, porque es una de las mejores canchas del país y por qué no del mundo. Voy a disfrutar de esta semana en mi país”, enfatizó el golfista, que viene de obtener hace dos semanas el segundo puesto en el HSBC World Match Play en Inglaterra, donde jugaron los ganadores de los cuatro Majors del año.

El prestigio ganado en el exterior le permite a Cabrera disfrutar del reconocimiento del público. “Es algo fantástico. Cuando salí a la cancha, en el primer día de juego, me emocionó tanto cariño. La verdad que eso es algo recíproco, porque yo tengo un reconocimiento supremo hacia el público argentino”, confesó.

Por último, Cabrera le dedicó unas palabras a su compañero de equipo, el caddie Eduardo Gardino: “El es mi mano derecha y eso es fundamental para el juego que desarrollo, sobre todo en momentos de mucha presión. La verdad es que hacemos un buen equipo y eso se nota en los resultados”.