Juan Román Riquelme no estuvo a la altura de lo que puede rendir en un estadio de fútbol y más en una definición muy caliente. Sin embargo, como casi siempre, igual se hizo notar tanto adentro como afuera de la cancha. Como para que siga alimentando una historia increíble, que el martes puede darle un nuevo título con la camiseta de Boca, aunque mirándolo desde la tribuna por haber llegado a la quinta tarjeta amarilla.

Está claro que no fue uno de los mejores partidos de Riquelme. Participó poco en el juego y no estuvo demasiado preciso. Sin embargo, otra vez resultó decisivo en las jugadas que definieron el encuentro. En el primer tiempo ejecutó el corner desde la izquierda para el cabezazo de Viatri y luego habilitó a Palacio con un pase magistral, de primera, ante un centro pasado de Dátolo. Luego, su participación fue discreta, con algunos buenos momentos para manejar los tiempos con Boca en ventaja.

Para colmo, cuando promediaba el partido y el juego estaba 1-1, Riquelme recibió la quinta amarilla, una amonestación que le impedirá estar presente ante Tigre. Y lo peor es que resultó muy injusta, ya que la falta que le cometió a Juan Manuel Torres y significó la tarjeta del árbitro Baldassi fue menor. Incluso, el crack de Boca quiso evitar la infracción, sacando el cuerpo en el momento del contacto.

Claro que luego, como lo hace dentro del campo, se diferenció del resto con sus declaraciones. “Hasta Torres me pidió disculpas porque no había sido falta. Pero bueno, el árbitro cometió un error y ya está. Lo importante es que Boca ganó el partido. Ya no importa que yo no pueda jugar ante Tigre”, remarcó Riquelme, tratando de despegarse del clima de quejas, cuestionamientos y cruce de declaraciones que invadió a las últimas fechas y al triangular final. Pero también aprovechó la ocasión para mandarle un mensaje a su ex técnico, Miguel Russo, con quien se abrazó efusivamente antes del partido, y que fue uno de los protagonistas que más protestó contra los jueces. “Espero que esta vez, Miguel reconozca que el árbitro se equivocó”, tiró sin disimulo.

Igual, todavía le quedaba una perlita. Cuando el cronista de TyC Sports le preguntó si le habían ganado al mejor plantel, una declaración que Riquelme había hecho cuando promediaba el campeonato y San Lorenzo pintaba como firme candidato, Román demostró su rapidez mental. “No, ganó el mejor”, respondió rápido y se fue con una sonrisa pícara.