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Desde Córdoba

La incertidumbre que tenía la Selección Argentina para el encuentro ante Costa Rica no sólo era saber si sería capaz de lograr la clasificación a los cuartos de final, sino que también esperaba recuperar futbolísticamente a su líder máximo: Lionel Messi. La respuesta en este último punto fue contundente, debido a que el rosarino apareció en toda su dimensión y cumplió una de las actuaciones más resonantes en el ciclo comandado por Sergio Batista. A partir de él, el plantel puede crecer en muchos aspectos y en el horizonte puede vislumbrarse algo diferente.

Después de los decepcionantes empates ante Bolivia y Colombia, se habló del poco ánimo que tenía Messi para jugar en el conjunto nacional, y de la supuesta falta de carácter para asumir el rol de protagonista. Fiel a su estilo, él nunca contestó a esos cuestionamientos y sólo se dedicó a preocuparse por el nivel de juego. Inclusive, se mencionó también la posibilidad de que podría tomar la decisión de abandonar el equipo por tiempo indeterminado, de la misma manera que sucedió con Juan Román Riquelme en otra oportunidad.

Con lo que exhibió el lunes último en la cancha, Messi dejó de lado cualquier especulación y volvió a dejar en claro que cuando encuentra su sitio ideal en el campo puede desnivelar de la misma forma que lo hace en el Barcelona español. En la noche cordobesa, Messi no sólo dio los pases a sus compañeros en el segundo y tercer gol argentinos, sino que fue preciso para organizar los circuitos de ataque. Encima, él también buscó posiciones ofensivas con acciones individuales, destacándose esa característica encarando de derecha a izquierda para terminar con un remate al arco.

El diagrama diseñado por el técnico Sergio Batista terminó siendo positivo no sólo para el equipo en general, sino para Messi en particular. El jugador estuvo más acompañado en el armado de las jugadas, y luego tenía hombres para descargar en los metros finales. Esos factores hicieron que el dominio no sólo de la pelota sino del terreno fuera siempre de Argentina. Y la superioridad de los locales quedó sellada.

A pesar de que no había podido deslumbrar en sus primeras presentaciones, Messi igualmente recibió un respaldo total de parte de los cordobeses, quienes le transmitieron calidez desde que llegó a la ciudad. Y el punto máximo fue en el estadio Mario Kempes, con banderas de apoyo y con cánticos que demostraban fidelidad incondicional.

El que reflejó ayer algunos de los atributos de Messi fue su compañero Gonzalo Higuaín. “Leo tiene carácter para superar las cosas y todos estamos muy contentos del nivel que expuso. Si él anda bien, Argentina tiene muchas opciones de alcanzar el éxito. Yo me sentí cómodo con Leonel y con todos. Leo es el mejor del mundo. El siempre trata de hacer lo mejor posible”, explicó el de Real Madrid, como para que no queden dudas.

El escenario para Messi tuvo un cambio grande para muchos de sus seguidores. Pero seguramente, para él las modificaciones son apenas exteriores, debido a que en su interior las intenciones siempre fueron las mismas.