Correr un Dakar cuesta “un vagón de plata”, asegura Francisco “Patxi” Otaño, un rosarino que compitió en 2009 y 2010 y que tiene chances de hacerlo en esta edición en el prototipo Monti 014, que pergeñó el director técnico del equipo Renault de SuperTC2000, Leo Monti. “Si Leo no va de navegante, voy yo”, apunta Otaño, que suma casi un par de centenares de miles de dólares antes de guardarse la cifra definitiva. “Trajimos motor y caja del sur de California, el chasis, la jaula y las suspensiones las hicimos en Córdoba.” El piloto, Daniel Marrocchi, con antecedentes en rally y en pista y billetera de todos colores, arriesga una cifra: “Inscribir en el Dakar lo mínimo indispensable, es decir, un auto, piloto y navegante, una camioneta de asistencia y tres mecánicos, nos costó 51.200 euros”. El coche está inspirado en los bu-ggies con motor Corvette que en enero pasado corrieron Carlos Sainz y el príncipe qatarí Nasser Al Attiyah, que este año conducirá para el equipo oficial Mini.