- Romero (7): En el primer tiempo casi no tuvo trabajo. Sin embargo, una desinteligencia con Otamendi para despejar una pelota casi le ocasiona un gran dolor de cabeza al equipo de Martino. En el complemento mostró timing para cortar los centros. Su intervenciones más lucidas fueron dos tapadas ante un remate y un cabezazo de Vargas.

- Mercado (6): Con probemas en la marca cuando Alexis Sánchez lo encaró, se fue consolidando cuando Biglia se acercó a darle una mano. Sus incursiones ofensivas llegaron recién en la segunda etapa, aunque no generaron el desequilibrio de otras noches.

- Otamendi (8): El mejor hombre de la defensa argentina. Acertado en los anticipos y con resto para cerrar a las espaldas de Mercado y de Funes Mori. También sumó en la ofensiva, yendo a buscar por arriba en las pelotas paradas

- Funes Mori (5): Desde el arranque eligió mostrarse vehemente en la marca. Fue superado cuando se adelantó para anticipar. En el complemento le tocó jugar en la posición de Rojo y dio muchas ventajas, las que les permitieron a los chilenos fabricar sus mejores chances.

- Rojo (4): Mientras estuvo en la cancha no tuvo problemas en la marca, porque Chile utilizó poco esa banda. Sus constantes proyecciones no fueron eficaces, tal vez por reiteradas y porque Chile tomó precauciones para que no sorprendieran. La fuerte falta sobre Aranguiz que determinó su expulsión anuló la ventaja numérica que abría un lindo panorama para Argentina.

- Biglia (5): Muy desdibujado, aportó a la presión, pero no se sumó con acierto al circuito ofensivo. Hizo extrañar la ductilidad de Augusto Fernández para aparecer en los espacios que Chile liberaba.

- Mascherano (7): En el primer tiempo se adueñó del círculo central, con el orden y la prolijidad que se le reconocen. Lo malo pasó por estar en todas las discusiones y los roces que fueron llevando el partido a un terreno claramente desfavorable para la Selección. Su buen trabajo se repitió cuando le tocó pararse muy cerca de Otamendi, casi como otro marcador central.

- Banega (6): Se comprometió con la presión alta, aunque pareció no estar óptimo desde el punto de vista físico. Volvió a mostrarse acertado cuando le tocó conducir con la pelota en sus pies, inclusive arriesgó con un par de remates de larga distancia, uno de los cuales se fue muy cerca del palo derecho de Bravo apenas iniciado el partido.

- Messi (7): Colaboró mucho en la presión, tal vez como nunca antes en la Selección. Cada vez que encaró y sacó ventaja, los chilenos recurrieron a la falta para truncar sus intentos, tanto que Díaz vio la roja cuando apenas iban 28 minutos. Sin socios en Higuaín y Di María, su solitaria búsqueda era el único camino para marcar la diferencia.

- Higuaín (4): Falló una pelota increíble, cuando quedó sólo frente a Bravo tras una mala salida chilena y eso pareció pesarle en el resto de los minutos que estuvo en la cancha. Inclusive pareció claudicar en ese duro trabajo de arrastrar la marca y fabricar espacios que siempre se le reconoce. Su peor partido de la Copa.

- Di María (4): Desde el comienzo quedó en evidencia que no estaba a pleno físicamente. Impreciso en casi todos los pases, nunca mostró esos piques explosivos que son su marca registrada.

- Kranevitter (5): Reemplazó a Di María, con la misión de volver a controlar el mediocampo, franja en la que Argentina cedió protagonismo al retrasar a Mascherano. Se mostró intenso en la marca, pero desprolijo en las entregas.

- Agüero (5): Sustituyó a Higuaín y sólo aportó más confusión al ataque argentino. Demasiado individualista en pelotas que le pedían un pase más, metió un cabezazo en el alargue que hizo lucir a Bravo.

- Lamela (-): Jugó los últimos diez minutos del alargue.

Nicolás Otamendi sobresalió en el trabajo defensivo.