DEPORTES › DOLOR Y ADMIRACION EN EL VELATORIO

“El Pato era un motivador”

El dolor y la admiración se mezclaban en una gran sensación de congoja en la sede social de Independiente, donde ayer fue velado el entrenador José Omar Pastoriza. Hinchas y socios de todas las edades, junto con jugadores, técnicos y dirigentes que transitaron por la entidad de Avellaneda, se dieron cita en el club con el propósito de despedir a un “pedazo grande de la historia de Independiente”, como lo definiera Daniel Bertoni, uno de sus dirigidos en aquel equipo que se consagró campeón del Nacional 1977.
“El Pato fue un pedazo de la historia de Independiente; con él también se va una parte de nosotros, los muchachos que jugábamos en aquel equipo que salió campeón tras ganar una final con ocho jugadores. Era un apasionado del fútbol y un gran motivador. Ese es el recuerdo más lindo que me llevo de él”, señaló Bertoni a Página/12 al salir del gimnasio donde se velaban los restos mortales del entrenador. Omar Larrosa aseguró que junto a Pastoriza vivió su mejor etapa como futbolista. “Aquellos años en los cuales jugué en Independiente fueron lo más gratos de mi carrera y Pastoriza fue uno de los responsables de todo eso que me tocó vivir. Nunca lo voy a olvidar”, aseguró Larrosa.
No sólo sus dirigidos del ‘70 estuvieron en la sede de Avenida Mitre al 400, en Avellaneda. Carlos Navarro Montoya, uno de los referentes del equipo que dirigía Pastoriza, lo calificó como “un tipo de bien” que lo ayudó mucho “en momentos clave” de su trayectoria. “Fue el Pato el que me trajo a este club a los 37 años y me dio toda su confianza para que jugase en un club grande a esta edad, y él mismo me puso como titular cuando dirigía a Boca en el año 1988; fueron dos momentos clave de mi vida como arquero, y él estuvo en los dos. Le debo mucho, lo voy a extrañar”, remarcó Navarro Montoya visiblemente conmovido.
También se hicieron presentes viejos compañeros de su época de jugador, como Francisco Sá, Ricardo Pavoni y el uruguayo Luis Garisto, que definió a Pastoriza como “el último gran bohemio” del fútbol rioplatense. “La noticia de su muerte me dejó muy mal. Se nos fue el último gran bohemio del Río de la Plata. Vivió como jugó y dirigió: siempre de frente”, concluyó Garisto. “Se murió una parte de mí”, se lamentó Pancho Sá. “Lo voy a extrañar muchísimo”, admitió Pavoni.

Producción: Leonardo Castillo.

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