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¿Qué recuerdo tiene de su paso por Independiente?
–Los mejores, sin dudas. A pesar de estar identificado con San Lorenzo, el hincha de Independiente siempre me trató bien, y eso habla bien del sentimiento de los hinchas de ese club, que nunca dejan de reconocer al jugador que rinde bien, sin tener en cuenta desde dónde viene o en qué clubes jugó. La verdad es que en ese club yo me sentí como en mi propia casa.
–Usted salió campeón en la temporada 1988-89 bajo la conducción técnica de Jorge Solari. ¿Cómo jugaba aquel equipo?
–Eramos muy sólidos, tuvimos un rendimiento que fue de menor a mayor y terminamos bien arriba ganándole un campeonato a Boca con ocho puntos de ventaja. Fue un gran equipo en el cual hice grandes amigos.
–Cuando usted llegó, Independiente era un club que tenía prácticamente 100.000 socios; actualmente posee un pasivo de más de 43 millones de pesos. ¿Qué debe hacer el club, a su juicio, para recuperarse?
–Tengo que decir que me duele muchísimo este presente de Independiente. Cuando me contrataron, éste era el mejor club del fútbol argentino, por lo menos desde lo institucional. Tuve la suerte de tratar con Pedro Iso, que para mí fue el mejor dirigente que conocí. Creo que la clave está en volver a las fuentes.