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Una banda desconsolada
Por Juan José Panno
Consuelo 1: Mejor perder ahora y no el año próximo; mejor no llegar de banca al Mundial para que no nos pase lo que nos pasó en el 2002, que éramos los favoritos y nos volvimos en la primera ronda.
Consuelo 2: Cuando le ganamos 3 a 1 en el Monumental era por los puntos.
Consuelo 3: La suerte no ayudó mucho.
Consuelo 4: El árbitro no cobró un evidente penal de Dida a Sorin que pudo cambiar las cifras y convertir el 4-1 en 4-2.
Consuelo 6: Los jugadores argentinos no escupieron a nadie y se bancaron sin chistar la batucada que armaron los brasileños.
Se puede seguir agregando un kit de comentarios y reflexiones al tono, que no alcanzarán para tapar la herida que se abre totalmente cuando debe reconocerse –con tanta admiración como bronca– que los brasileños son superiores, que juegan fenómeno, que son capaces de pegarle un baile fenomenal a cualquiera, incluidos nosotros.
El fútbol tiene estas cosas. Pasa bastante seguido que un equipo encuentra un par de goles de entrada y a partir de ahí maneja todo con tranquilidad. Le ocurrió a Argentina contra Brasil en el Monumental, pero en aquella ocasión ellos reaccionaron en el segundo tiempo y terminaron mucho más cerca del empate que el 3-1 final. Ayer, Argentina mostró dignidad para ir al frente, pero nunca asustó al rival ni puso mínimamente en riesgo su victoria.
Brasil encandiló con Ronaldinho, Adriano, Kaka, Lucio, Robinho, Dida y compañía. Argentina iluminó la resistencia con una vela en la mano de Sorin y otra en las de Riquelme y Aimar.