Michael Schumacher se retirará el 22 de octubre, después del Grand Prix de Brasil, como el piloto más exitoso de la historia, quizás incluso con el octavo título mundial fresco en su bolsillo. Pero el mundo no lo despedirá como “el más grande”. El calificativo, adosado inevitablemente siempre a la figura de Muhammad Ali, se extendió a los más grandes representantes de otros deportes: Michael Jordan en básquetbol, Jack Nicklaus en golf o Giacomo Agostini en motociclismo. Parece que Schumacher no lo merecerá.

Tras su anuncio de retirada el domingo, la prensa mundial utilizó numerosos adjetivos elogiosos para describir la carrera del alemán, que posee casi todos los records de la Fórmula 1, pero también recordó las polémicas que lo persiguieron y que paradójicamente hacen que sea el piloto más sancionado de la historia.

“Un virtuoso y un tramposo: este campeón combinó jueguitos tácticos baratos con una genialidad desbordante”, resumió el británico The Guardian. La prensa inglesa, la más tradicional en la F-1, siempre miró con recelo y envidia al alemán que ganó su primer título mundial con una discutida maniobra con el británico Damon Hill.

The Independent también resalta la personalidad dual del heptacampeón mundial, al que primero describe como “un genio único” antes de preguntarse “¿cómo será recordado este hombre, que al mismo tiempo fue uno de los especialistas más controvertidos y odiados?”. The Times reconoce que es “simplemente el mejor” y el suizo Neue Zuercher Zeitung apoyó la tesis de las dos caras. “Schumacher entrará en la historia como el piloto más exitoso hasta ahora. Pero sólo el tiempo dirá si es recordado como el mejor.” Según El País, “dejará una carrera de leyenda, pero también llena de controversias.”

En Italia, por el contrario, sólo tienen ojos para el lado bueno del hombre que resucitó a Ferrari y convirtió de nuevo al emblema nacional en una máquina de ganar. “Una leyenda que durante once años cambió Ferrari”, afirmó La Repubblica. “Ahora será una leyenda”, corroboró Il Corriere della Sera. “Danke, Schumi!”, abrió en alemán su edición La Ga-zzetta dello Sport en un título con mucha carga simbólica: medio país desconfió al principio de Schumacher porque no aprendió italiano. El mismo diario no oculta sin embargo que “es una leyenda controvertida sobre la que se discutirá años, pero nunca hubo un campeón más completo”.