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Si las cifras asombran por la disparidad, es en una rama del rubro económico que el fútbol inglés y el argentino están en sintonía: la idea de la televisión como medio de sustento está en crisis en ambos países.
La quiebra de la plataforma digital ITV Premier, a comienzos de este año, puso en duda el funcionamiento aceitado de la Premier League británica, la liga económicamente más poderosa del mundo, en la que se acentúa las brecha entre clubes ricos y pobres. La plataforma estaba preparada para abastecer a 2 millones de hogares con partidos codificados, pero en sus últimas emisiones sólo 1200 abonados pagaban para ver un partido.
En la Argentina, el negocio de la TV también enfrenta dificultades. El contrato entre la AFA y Torneos y Competencias, con duración hasta el 2014, está en la picota. “El negocio de la TV ya fue”, dijo la semana pasada a este diario el presidente de River, José María Aguilar.