“Lanús es un equipo chico que intenta jugar como un grande”, afirma Ramón Cabrero con orgullo sobre este equipo que pelea mano a mano con los grandes el torneo Apertura. Pero al mismo tiempo aclara: “En Argentina no tengo dudas que mandan los resultados. Nosotros seguimos en el club porque nos fue bien, si no nos tendríamos que haber ido”.

El técnico de Lanús parece un raro especimen en el ambiente del fútbol argentino. Sencillo pero fiel a sus convicciones, intenta desdramatizar el juego y ser lo más auténtico posible. “Me considero un tipo como cualquiera. Con una idea futbolística intermedia: no vamos al frente como los indios, pero sí intentamos ser protagonistas en todos lados. Eso no me hace un técnico distinto. Me parece que desde nuestra función hay que mantenerse tranquilo, porque vivimos en un fútbol muy dramático”, analizó Cabrero, el técnico de primera división que más tiempo lleva en su cargo: debutó el 13 de noviembre de 2005, en la 14ª fecha del Apertura.

“Hace dos años que estamos en el club y por suerte hasta ahora las cosas nos han salido bien. Tenemos muy buenos jóvenes, Lanús hace tiempo que realiza un gran trabajo de inferiores, y eso facilita mucho el trabajo”, señaló Cabrero, que dirigió 86 partidos a Lanús, de los cuales ganó 40, empató 24 y perdió 22. En cuanto a este buen torneo, el técnico admitió que el equipo “tenía que sacarse el miedo escénico a pelear cosas importantes”, y precisó: “Nos faltaba jugar todo lo que jugamos: entrar en una copa, pelear algún torneo, jugar de igual a igual contra todos. Por ejemplo, si tengo que marcar una desventaja con Boca para lo que resta del torneo es que ellos están más acostumbrados a pelear arriba que nosotros”.

En cuanto a su futuro en el club, despejó las dudas sobre su continuidad: “Mi idea es quedarme en Lanús para dirigir la Copa Libertadores. Por ahora no pienso en volver a las inferiores, quiero seguir dirigiendo en Primera, ya sea acá o en otro lado”.