Desde 1980, el antropólogo francés Marc Augé propone una observación y un relato inédito de un mundo contemporáneo en plena velocidad. De Africa a América latina, del mundo occidental a una travesía por el Jardín de Luxemburgo, a un viaje etnográfico por el Metro de París o a un ensayo brillante sobre la bicicleta y el territorio de autonomía e intimidad que nos ofrece, Augé ha explorado casi todos los rincones de la modernidad sin perder nunca de vista el objeto central de sus trabajos, es decir, los otros, el prójimo, el individuo. La originalidad de Marc Augé se inscribe incluso en el lugar de sus citas. Autor de un exquisito ensayo sobre la imposibilidad de viajar (El Viaje imposible) y el consiguiente automatismo que consiste en no viajar por territorios nuevos sino por lugares consagrados y codificados, el autor francés fijó la cita de la entrevista en una estación de trenes, la Gare d’Austerlitz. Un lugar de observación privilegiado, situado cerca de su casa, en la esquina de un McDonald’s enfrente del cual está la entrada del Museo de Historia Natural de París. Conjunción urbana perfecta para un intelectual que ha explorado como pocos las nociones de tiempo y espacio y cuyas reflexiones precedieron el advenimiento de una modernidad donde el tiempo se tornó instantáneo a través la velocidad de los intercambios y el espacio se estrechó con la catarata de imágenes. Sin embargo, como lo señala Augé en esta entrevista, la instantaneidad y la profusión de imágenes no han hecho sino crear más confusión y más soledad. Promotor de la idea de circular en bicicleta para recuperar el control individual de la noción de tiempo y espacio, agudo descubridor de los “no lugares”, inventor del concepto de “etno-ficción”, Augé desgrana en esta entrevista la realidad de un mundo enfermo de imágenes, ilusionado con un conocimiento de espejismo. El antropólogo no propone ninguna ideología de recambio sino un lúcido viaje por la modernidad, con todos sus escándalos y sus pasajeros aciertos.