A Martín Hopenhayn se le nota el acento chileno, aunque admite que aquí, en Buenos Aires, su tonada es más bien neutra, y que no bien toca suelo chileno no hay dudas de su procedencia. Por momentos, la entrevista con Página/12 se vuelve un diálogo, un intercambio de visiones sobre las intensas problemáticas que se están viviendo en torno de la juventud a ambos lados del Atlántico. Cuando habla, Hopenhayn parte de algún estudio o dato demoscópico que le da pie a su argumentación. En su trabajo en la Cepal desde 1989, le tocó analizar muchas investigaciones de otras instituciones, en varias de ellas participó como investigador y en las últimas pensó el diseño y las dirigió desde el cargo de director de la División de Desarrollo Social de ese organismo, que ocupa desde 2008.

Después de graduarse en 1979 como Magíster en Filosofía en la Universidad de París VIII, bajo la dirección del filósofo francés Gilles Deleuze, publicó diversos artículos y libros de ensayo vinculados con la crítica cultural y la educación, los impactos de la globalización en la cultura, la educación y el trabajo, el debate modernidad-postmodernidad, los cambios en el paradigma del desarrollo en América latina y los cambios socioculturales de la juventud latinoamericana. Los libros más destacados que escribió son Ni apocalípticos ni integrados: Aventuras de la modernidad en América latina, ¿Por qué Kafka? y el recientemente publicado por Editorial Siglo XXI Sentido de pertenencia en sociedades fragmentadas. América latina desde una perspectiva global, que compiló junto a Ana Sojo.

Fue profesor de filosofía social en la Universidad Nacional de Chile y en la Universidad Diego Portales. Ambas experiencias le otorgan un gran conocimiento del sistema universitario chileno y lo autorizan a discutir en profundidad sobre los rasgos distintivos de la lucha estudiantil en ese país y establecer sus distinciones con los indignados del Primer Mundo.