En su primer día como jefe de Gabinete, Sergio Massa reconoció que el Gobierno debe trabajar duro para recuperar la credibilidad del Indec. Esta es la primera vez que un alto funcionario del Gobierno admite la desconfianza que existe en torno de los índices oficiales. Hasta ahora, la postura oficial había sido principalmente defensiva negando el problema y la manipulación, alimentando así las expectativas inflacionarias. Las declaraciones de Massa reforzaron las especulaciones de algunos funcionarios del Gobierno respecto de la posible salida del poderoso secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. En la comisión de ATE-Indec, las palabras del nuevo jefe de Gabinete fueron bien recibidas pero se mostraron cautelosos. Los trabajadores del instituto agremiados en la Asociación de Trabajadores del Estado entienden que la mayor dificultad para recuperar la seriedad de las estadísticas públicas es política y no técnica.

“Si quieren recuperar la credibilidad del Indec, nosotros estamos abiertos al diálogo, hay propuestas de los equipos técnicos para aportar a una salida del conflicto”, afirmaron a PáginaI12 desde ATE. Además remarcaron que la condición sine qua non para resolver los problemas es “garantizar que la patota de (Guillermo) Moreno se vaya del Indec”. Esta semana, los trabajadores del Indec denunciaron que un grupo de personas vinculadas con el secretario de Comercio realizaron pintadas y destrozos en el local de ATE en el instituto.

En algunos sectores del Gobierno, y principalmente en el Ministerio de Economía, están expectantes por el futuro de Moreno. Las declaraciones de Massa sobre la credibilidad de las estadísticas oficiales, la ausencia del secretario de Comercio en la asunción del nuevo jefe de Gabinete y las presiones de la oposición y los medios para su relevamiento suman elementos para especular con la renuncia del funcionario. Una de las razones que motivaron la salida de Alberto Fernández del gabinete fue su enfrentamiento con el secretario, gestado en parte, por su rol protagónico en el conflicto del Indec. Ayer, allegados al equipo del secretario de Comercio comentaban que Moreno ya está enviando de vuelta a sus lugares de origen a los funcionarios que trabajan con él.

Massa apuntó a un espectro más amplio que el instituto estadístico: “Me preocupa que no tengamos la capacidad de transmitir confiabilidad a la sociedad sobre cómo están funcionando cada una de las instituciones”, sostuvo el funcionario y agregó que “tenemos que trabajar muy fuerte para que en aquellos organismos en los que la gente confía, aumente la confianza, y en aquellos organismos en los que la gente desconfía, aumente aún más la confianza”.

Ahora, la incógnita es cómo va a recuperar el Gobierno la credibilidad en las estadísticas oficiales. “Por un lado, se tiene que blanquear la manipulación, volver atrás significa poner una nueva metodología y no la farsa que hay ahora”, señalaron desde ATE y volvieron a mencionar la posibilidad de que “se conforme una comisión de notables encargada de supervisar los cambios, o llamar a veedores internacionales”. En un artículo publicado por la Iniciativa para la Transparencia Financiera, el especialista en inflación del Cedes, Roberto Frenkel, plantea la necesidad de que la política antiinflacionaria convenza a los agentes económicos, que inciden o reclaman sobre los precios, que la inflación futura será más baja que la que vienen experimentando y explica que “para convencer hay que tener credibilidad, los agentes deben creer que el Gobierno quiere bajar la inflación y que cuenta con los instrumentos para lograrlo. Para esto es imprescindible que los agentes crean lo que el Gobierno dice”.

En “Expectativas y credibilidad para bajar la inflación”, Frenkel agrega que “el cambio debería ser contundente y llamativo, porque se trata de modificar la percepción de una masa importante de agentes. Para combatir la inflación con alguna eficacia es imprescindible transparentar su medición y conseguir que el público crea que así se ha hecho”.

Por su parte, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, afirmó que existe una “desaceleración de la presión inflacionaria y que el costo de vida tiende a estabilizarse”. Randazzo comentó que los datos se los pasó el presidente del Banco Central, Martín Redrado. En su informe trimestral de inflación, publicado el jueves, la autoridad monetaria sostiene que “los diferentes indicadores de precios disponibles continúan mostrando variaciones divergentes”. Para la entidad que dirige Redrado, los aumentos de precios pueden ser del 12 por ciento, de acuerdo con el IPC Resto, o 20 por ciento, según el Indice de Precios Implícitos.