A partir de ayer se puso en marcha el nuevo esquema tarifario del gas, en virtud del cual el natural sufrirá aumentos retroactivos al 1° de septiembre, el GNC se encareció desde el primer día del mes en curso, mientras que las garrafas se expenderán a valor subsidiado. Este esquema es posible gracias a un sistema de financiamiento de esta subvención que será básicamente costeado por el aporte de las productoras a un fideicomiso, cuya formación se perfeccionó a través de un trío de resoluciones publicadas en el Boletín Oficial.

El flamante cuadro de precios supone aumentos para el gas por redes domiciliario de entre 10 y 30 por ciento para los consumidores de más de 800 metros cúbicos por año, del 10 por ciento para el GNC, porcentaje similar al que afectará al comercio y a las industrias, las más afectadas por los movimientos de precios del sector. A esta suba a cobrar por los distribuidores se le añade otra del 20 por ciento en las tarifas de los transportistas. Pero tanto en un caso como en el otro, los montos sólo engrosarán la caja de aquellas adjudicatarias cuyos socios no hayan presentado demandas ante el Ciadi. De lo contrario, esos fondos nutrirán un fondo fiduciario para obras de expansión de los sistemas.

También habrá incremento en el precio del gas boca de pozo, de envergadura diferente según el destinatario final de ese producto. Pero en virtud de un acuerdo que Planificación celebró con las petroleras, la mayor parte de ese ajuste alimentará otro fondo fiduciario, que servirá para subsidiar el valor de la garrafa, de modo tal que la de diez kilos cueste 16 pesos.

El nuevo régimen fue formalmente creado a través de las resoluciones 1070 (fondo de las productoras), 1071 (subsidio a garrafa) y 1080 (subvención particular para las provincias de Corrientes, Chaco, Formosa, Misiones y norte de Santa Fe, hasta tanto esa región acceda a redes de gas natural), publicadas ayer. La posibilidad de comprar garrafas a precio social también quedó inaugurada desde ayer.