El impulso generado anteayer tras el anuncio de que las principales potencias económicas harían todo lo necesario para salvar al sistema financiero llegó a la Argentina. Finalizado el fin de semana largo, el Merval terminó con un alza del 11 por ciento y los títulos de deuda cotizaron hacia arriba. La euforia global con la que arrancó la semana y la relativa calma financiera que primó ayer desestimularon la demanda de dólares por parte del público, cediendo cuatro centavos hasta 3,23 pesos. Desde el Banco Central señalaron que no operaron y que las baja en el tipo de cambio estuvieron guiadas por el mercado. Para algunos operadores el retroceso en el segmento mayorista estuvo impulsado por las operaciones a futuro de la autoridad monetaria. Las reservas internacionales terminaron en 46.937 millones de dólares, seis millones más que el cierre anterior.

En el segmento mayorista el dólar cedió más de tres centavos y cerró en 3,192 pesos. El fin de semana largo había incentivado la demanda de la divisa impulsando su cotización: frente a la imposibilidad de operar el lunes, el público y los grandes operadores compraron dólares “por si acaso, para protegerse”, señaló un economista de un banco extranjero, y agregó que “algo parecido pasó algunos viernes durante el lockout”. Al ver que el clima financiero se había calmado, la demanda de dólares disminuyó. Además las liquidaciones de los exportadores también colaboraron para abultar la oferta de la divisa.

Desde el Banco Central explicaron que ayer la cotización del dólar cayó sin intervención de la autoridad monetaria. Para Fernando Izzo, analista de ABC Mercado de Cambio, “cuando el dólar mayorista subió un poco aparecieron algunas ofertas por debajo del precio de mercado, que tenían que venir del Central porque ningún banco comercial va a vender”, además Izzo señaló que “en futuros también ofreció por debajo del precio de mercado, desestimulando la demanda de dólares en contado y los operadores tomaron pesos”.

Mientras Brasil devaluaba la semana pasada, hasta tocar un máximo de 2,50 reales, Martín Redrado, presidente del Banco Central, aseguró que la economía no estaba preparada para una devaluación del 40 por ciento. Frente a un escenario de alta volatilidad financiera y con la presión de industriales y el sector agropecuario por un dólar más alto para no perder competitividad, el Ejecutivo aceptaba que el dólar podía ubicarse alrededor de 3,30 pesos. Por su parte, las autoridades del organismo encargado de la política monetaria sostenían que las variaciones en la cotización local serían moderadas, que no había un techo, ni un piso, que no iban a seguir los movimientos del dólar en Brasil y que continuarían con la política de flotación administrada. Ayer el real se volvió a apreciar y luego de que el Banco Central brasileño anunciara para hoy la inyección de 1000 millones de dólares en el mercado la cotización del dólar cerró a 2,093 reales (ver aparte).

El superlunes le quedó lejos a Wall Street, el índice Dow Jones cayó 0,8 por ciento, y en Europa las Bolsas cerraron con resultados mixtos. Pero en la plaza porteña la alegría recién aparecería un día después. Así, el Merval arrancó la semana con un salto del 11 por ciento que lo ubicó en 1349,7 puntos básicos. De las 22 empresas que componen al índice líder, 21 terminaron con signos positivos y en su mayoría con diferencias de dos dígitos. Las subas estuvieron lideradas por Petrobras, que sumó un 26,9 por ciento, y Tenaris, que aumentó 15,6 por ciento; la única baja del panel fueron los papeles del Banco Macro, que cedieron 1,9 por ciento. Estas tres empresas lideraron la rueda y concentraron el 67 por ciento de los 123 millones de pesos operados. El Merval llegó a estar 14,5 por ciento arriba pero las tomas de ganancia hacia el final de la rueda hicieron que varias acciones cedieran una parte de sus aumentos. Algunos analistas estimaron que esta situación podría continuar hoy.

Los golpeados bonos de deuda, que acumulaban pérdidas cercanas al 25 por ciento desde el inicio del mes, también subieron recuperando una parte del terreno perdido. El Par en pesos tuvo el rendimiento más sobresaliente y obtuvo una inusual diferencia del 12,1 por ciento. El Boden 2014 acompañó con una mejora del 8,3 por ciento, seguido por el Bogar 2018, que subió 8,2 por ciento. El Discount en pesos, la emisión más líquida, quedó 2,6 arriba y los cupones atados al crecimiento de la economía recuperaron 1,3 por ciento.