Sábado, 28 de febrero de 2009 | Hoy
ECONOMíA › EL TESORO DE ESTADOS UNIDOS SE QUEDARá CON EL 36 POR CIENTO DE LAS ACCIONES DEL GIGANTE FINANCIERO
El Tesoro convertirá las acciones preferenciales en comunes, lo que le permitirá una estatización parcial sin inyectar más dinero público. La novedad tuvo un efecto devastador sobre los papeles del banco en Wall Street, que cayeron hasta un 33,75 por ciento.
Tras varios días de negociación, y en medio de versiones y desmentidas, el gobierno estadounidense decidió finalmente convertirse en el accionista mayoritario del Citigroup. El Tesoro se quedará con el 36 por ciento del capital del gigante financiero. Lo hará a través de la conversión de las acciones preferenciales que posee de la entidad en comunes, lo que le permitirá una estatización parcial sin inyectar más dinero público. De todos modos, el equipo económico de Obama prevé mayores desembolsos en el corto plazo para atender las necesidades de liquidez del Citi. La cifra surgirá de los resultados de la “prueba de stress” a la que fueron sometidas las entidades. La comunicación oficial tuvo un efecto devastador sobre los papeles del banco en Wall Street, que cayeron hasta un 33,75 por ciento. También se conoció ayer una nueva contracción de la actividad económica en el cuarto trimestre del año pasado.
La nacionalización parcial del otrora banco más grande de Estados Unidos ya es una realidad. La compañía financiera adelantó a primera hora que el gobierno se quedará con el 36 por ciento del paquete accionario, convirtiéndose en el principal accionista del Citi. Inversores privados y otros organismos públicos contribuirán del mismo modo a fortalecer su capital. La Corporación de Inversiones del gobierno de Singapur anunció por su parte que tomará posesión de un 11,1 por ciento en el grupo bancario estadounidense.
“El Citigroup está planeando fortalecer su estructura de capital a través de la conversión de una porción significativa de sus acciones preferidas en papeles comunes dentro de una serie de cambios ofrecidos”, comunicó además el Tesoro. Sobre este ofrecimiento, el Tesoro aceptó canjear 25.000 millones de dólares en activos preferenciales “dólar por dólar”. El gobierno exige también recibir “los términos y precios más favorables” que cualquier otro tenedor en la transacción. Las acciones preferentes que no sean convertidas, el Tesoro las mantendrá en un fondo a una tasa de interés del 8 por ciento anual.
Si bien se evitó en todo momento hablar de una nacionalización parcial de la entidad, la operación cambiará considerablemente la composición accionaria del grupo. El Tesoro, que ya tenía 7,8 por ciento de participación luego de dos intervenciones previas de rescate, pasará a contar con el 36 por ciento del capital del banco neoyorquino. Las acciones preferenciales las había obtenido el gobierno a fines del año pasado contra la entrega de 45.000 millones de dólares, y una garantía de 300.000 millones en activos “tóxicos” del Citi que aún siguen en el balance de sus cuentas.
La intervención de Washington impone una reestructuración del consejo de administración. “El presidente del Citi nos informó que la compañía realizará cambios en su directorio hasta incorporar una mayoría de directores independientes tan pronto como sea posible”, dice el comunicado del Tesoro. No obstante, el director general del holding, Vikram Pandit, que conservará su puesto a pesar de la toma de control estatal, señaló que su directorio es el que “continúa tomando las decisiones cotidianas”. Pandit admitió, por otra parte, que no está en condiciones “de asegurar si se necesitarán otros aportes de capital”.
Pandit comunicó el compromiso con sus accionistas de darles “excepcional rentabilidad” una vez que salgan de “este ciclo”. De todos modos, los papeles del Citi se derrumbaron a precios irrisorios, ya que pasaron a cotizar a menos de dos dólares por acción contra los 50 dólares que se pagaban hace dos años. El desempeño del Citi arrastró a todo Wall Street y al cierre su principal índice de referencia, el Dow Jones, perdió un 1,7 por ciento.
Los inversores neoyorquinos recibieron también malas noticias sobre la economía estadounidense y la evolución en la confianza de los consumidores. La actividad se contrajo un 6,2 por ciento en los últimos tres meses del año pasado contra igual lapso de 2007. El retroceso fue incluso más pronunciado del que auguraban los peores pronósticos privados, según datos preliminares del Departamento de Comercio.
El gobierno había pronosticado hace un mes que la actividad económica iba a contraerse un 3,8 por ciento en dicho período, luego de una caída de 0,5 por ciento entre julio y septiembre. En tanto, el índice de confianza que elabora la Universidad de Michigan se situó este mes en 56,3 puntos, debajo de los 61,2 puntos de enero último. Esto encendió luces de alerta sobre un efecto deflacionario. La FED advirtió sobre el riesgo de que los consumidores se abstengan de comprar con la esperanza de conseguir precios más bajos en el futuro.
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